No será definitivo, pero sí importante. Esa fue la frase más pronunciada por todos los protagonistas, sobre todo desde la Ciudad Condal, en las vísperas del gran clásico disputado el pasado domingo. Efectivamente, quedan 30 puntos y muchos imponderables escondidos bajo las piedras... pero será precisamente eso, a lo inesperado, a lo que tendrá que aferrarse el Real Madrid si quiere neutralizar la distancia de cuatro puntos que le quedó tras peder 2-1 en el Camp Nou: ni las sensaciones ni el juego están de su lado, y la ayuda del calendario (a priori más complejo para el Barcelona) tampoco es un argumento válido, pese a que se está usando como un clavo ardiendo en el imaginario blanco; la Historia de la competición tampoco le alcanza para enjugar la desventaja.

En una simulación estadística con todos los resultados que se han producido en la Liga, el equipo ‘merengue’ obtendría un mejor botín en las 10 jornadas que le restan al torneo: 22,1 puntos sobre 30 posibles. Esta circunstancia le permitiría auparse hasta los 86 puntos. Sin embargo, el Barça resistiría el acoso: sacaría 19 puntos, con lo que alcanzaría los 87, cifra suficiente para alzarse con el título.

Es cierto que el calendario, y la revisión histórica, penalizan al bloque ‘culé’ en la comparación con su eterno rival. De los 10 encuentros que le quedan al campeonato, en cinco de ellos, el Barça está por debajo del ‘empate técnico’ (1,5 puntos de promedio), y se da la circunstancia de que son precisamente las cinco salidas que le restan al equipo de Luis Enrique: Vigo (1,46 puntos por partido), Sevilla (1,21), el derbi en el campo del Espanyol (1,41), Córdoba (1,25) y el Vicente Calderón (1,04). Sin embargo, la fiabilidad del conjunto azulgrana en casa es grande (una media de 2,5 puntos por encuentro en el Camp Nou), lo que le permitiría mantenerse por encima de su gran rival hasta el final del campeonato.

El promedio histórico del club de Conchas Espina es superior (2,2 puntos por jornada) debido fundamentalmente a su rendimiento en el Bernabéu:de los 10 choques restantes, actuará como local en seis de ellos. Las tres salidas más comprometidas que le quedan al cuadro de Ancelotti (en las que ha promediado menos de 1,5 puntos) se ubican en la jornada 33 (visita a Vigo, donde solo ha ganado 15 de los 48 partidos jugados), jornada 35 (en el Sánchez Pizjuán, donde únicamente cuenta 1,16 puntos por choque) y en la penúltima jornada, cuando visita al Espanyol... un feudo en el que, pese a la sensación de que casi juega como local, apenas ha sacado 31 victorias en los 80 encuentros disputados.

La lectura positiva. No son cifras que merezcan tomarse a la ligera: el mismo estudio estadístico del clásico (84 partidos disputados en el Camp Nou en Liga) arrojaba 166 goles a favor del Barça y 98 a favor del Real Madrid, lo que dibujaba un resultado tipo de 2-1... que fue, precisamente, el que se dio el pasado domingo en el duelo. Así que, con estos datos históricos en la mano, el bloque blanco debe buscar un punto extra como sea porque, tal vez, la única lectura positiva del clásico fue resistirle el ‘golaverage’ particular al equipo catalán: el 2-1 no neutralizaba el 3-1 conseguido por el Madrid en la primera vuelta.

Por otro lado, la jornada 37 está marcada en rojo por ambos equipos: así como el año pasado se barruntaba un ‘pacto amistoso’ de no agresión entre Barcelona y Atlético, el partido de este año en el Calderón tiene un peligro añadido para los ‘colchoneros’: la pugna que mantiene con Valencia y Sevilla por el tercer lugar. Dependiendo de los resultados que hayan cosechado ambos ante Barça y Madrid en los duelos previos, ¿le daría el equipo rojiblanco el triunfo de Liga a su vecino y rival superando al conjunto ‘culé’? El morbo y la emoción están servidos.