La instalación de fibra en pueblos puede costar 10 veces más

SPC
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La orografía y la baja densidad de población condicionan la extensión de redes de alta velocidad

Instalación de cables de la fibra óptica en la provincia burgalesa - Foto: Ángel Ayala

Activar nuestro teléfono para llamar o para comunicarnos por medio de las redes sociales a través de internet, e incluso descargarse los últimos episodios de tu serie favorita, es un gesto tan habitual y tan natural hoy en día que ni nos planteamos cómo es posible que suceda. Lo que no solemos tener en cuenta es el coste que supone llevar esa tecnología allí donde nosotros estamos. Un coste que puede variar enormemente en función del operador de telefonía, la comunidad autónoma en la que estemos, e incluso en función de la zona en la que nos movamos, si es montañosa o está despoblada. En este sentido, y según los datos facilitados por Telefónica, en el medio rural ese coste «puede multiplicarse entre tres y diez veces respecto al coste unitario de las ciudades de tamaño medio». Y es que ese coste se calcula por unidades inmobiliarias, por lo que es imposible establecer un parámetro determinado ya que depende de «la infraestructura existente en la población (red de distribución) y la distancia a la central de cabecera (red de alimentación), el tamaño, la orografía...». Además, señalan que hay que tener en cuenta las llamadas «actuaciones especiales», en las que hay que salvar dificultades orográficas, o llegar a puntos de complicado acceso como atravesar lechos de ríos o zonas de montaña que se suman al coste inicial.

En este sentido, «en Castilla y León hay en la actualidad casi 1,3 millones de ciudadanos con cobertura de fibra», lo que ha supuesto una inversión acumulada de cerca de 130 millones. Sin embargo, inciden en que «el coste de despliegue de fibra óptica por Unidad Inmobiliaria (UUII) es muy variable», incluso dentro de la propia comunidad. «Castilla y León es, por orografía, extensión y dispersión poblacional, una de las comunidades autónomas más complicadas y costosas en su despliegue, especialmente en provincias como León, donde el coste de despliegue es de media un 20 por ciento más caro».

No obstante, en la compañía se felicitan porque «Telefónica ha desplegado en Castilla y León kilómetros de fibra óptica como para dar la vuelta al mundo cuatro veces», con un total de 144.139 kilómetros desplegados. Algo que en el entorno rural, según reconocen, ha sido posible en gran medida a las ayudas públicas que, a su juicio, ha reforzado el compromiso y esfuerzo inversor de la compañía en este ámbito.

Ayudas.

En la última convocatoria de Industria, de extensión de banda ancha para redes de nueva generación, Telefónica ha obtenido la licitación para actuaciones en 255 núcleos de población (158 municipios), de los 299 que habían solicitado, «íbamos a todo lo licitado» aseguran, de manera que la inversión prevista asciende a los 18,5 millones, de los que el 70% corresponden a ayudas, (más de 12,5 millones), y el 30% restante lo aporta la compañía aunque «en realidad luego es más por las actuaciones hasta llevar la linea a las casas de los clientes».

Es por eso que esta ayuda «no exime en absoluto de tener que realizar un gran esfuerzo inversor por nuestra parte». En este sentido, recalcan que «no nos presentamos sólo los sitios más rentables sino que, a diferencia de otros operadores, aspiramos a desplegar en la totalidad de los municipios subvencionables en España» agregan, ante la retirada de algunos operadores una vez concedidas las ayudas. Con los fondos obtenidos del Ministerio y el correspondiente destinado por Telefónica en régimen de cofinanciación, se pondrá llegar a cerca de 138.000 habitantes en poblaciones con muy escasa densidad, como Mahamud (Burgos), con un centenar de habitantes, o Monzón de Campos, en Palencia, con 600 habitantes. La ejecución de estos planes se desarrollará entre los años 2019 y 2020.