El colegio de Torrelago

D.V.
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CEIP Miguel Hernández, de Laguna. - Foto: César Minguela

El CEIP Miguel Hernández nace en 1982, al albor del nacimiento de un nuevo barrio en Laguna de Duero: Torrelago. Antes de que se pusiera en marcha este centro, los alumnos residentes en los bloques de Torrelago se repartían en varios colegios de Laguna, pero cada año que pasaba era más patente que la localidad necesitaba con urgencia la apertura de un nuevo colegio. Fue en el mes de marzo de aquel 1982. Primero con tres unidades de alumnos escolarizados de forma la Escuela Hogar. El curso 1982-1983 sería oficialmente el primero para el CEIP Miguel Hernández. Cinco años después, ya se construiría el edificio de Educación Infantil (en la avenida Prado Boyal a unos 300 metros del edificio de Primaria). Finalmente, en el curso 2008-2009 se mejoraron las dependencias de Educación Infantil, con una sala de psicomotricidad, un aula de usos múltiples y unos aseos para alumnos y profesores.

Por todo ello, este es un colegio veterano en los años (cumple este curso 31), pero joven. Además, tal y como destaca el director, Nicolás Aguado de la Fuente, «la zona que lo rodea se encuentra totalmente urbanizada con varios parques y jardines, así como polideportivo cubierto y La Casa de las Artes, un importante centro cultural local».

«Este colegio cuenta con una plantilla estable de profesorado lo que nos ha permitido mantener en los últimos cursos unos grupos de trabajo, en coordinación con el CFIE, encaminados a desarrollar actividades educativas vinculadas a las TICs (las nuevas tecnologías de la información), planes para mejorar la eficacia lectora o, por dar otro ejemplo, la introducción del aprendizaje cooperativo», tal como destaca Aguado.

«Somos un colegio público que promueve una forma de educación integradora», destaca el director del Miguel Hernández. «Educamos en el respeto a todas las diferencias culturales, mostrando rechazo por todo tipo de discriminación por razón de nacimiento, situación económica o social, género o raza», a fin de «potenciar la adquisición de valores enfocados a conseguir personas solidarias, responsables, comprometidas socialmente, libres y tolerantes», apunta Aguado. «Así, desarrollamos actitudes positivas hacia el medio ambiente, la salud, la higiene y la educación vial».

Colaboración con padres. «Es nuestra intención fomentar la colaboración de las familias en el proceso educativo de sus hijos. El AMPA de este colegio participa de manera muy activa promoviendo actividades extraescolares, además de proponiendo talleres por las tardes y cooperando en las diversas actividades que se hace a lo largo del curso: ‘La Castañada’, ‘Bocata solidario’, ‘Reyes Magos’, ‘Carnaval’, proyecto ‘Acercando Culturas’...

Dentro de los distintos planes que se desarrollan en el centro, el director del CEIP destaca el Plan de Fomento de la lectura. «Fue en 2005 cuando iniciamos el Plan de Fomento de la lectura en el año 2005 con la recogida de datos de las encuestas respondidas por los alumnos y las familias. Desde ahí, cada curso hemos ido pasando pruebas de lectura a los escolares obteniendo siempre unas medias por encima del objetivo propuesto a nivel de comprensión, velocidad y eficacia lectora», relata. «Nuestro trabajo durante este curso se va a orientar fundamentalmente en conseguir que la biblioteca del centro sea un lugar de préstamo y animación que aumente la afición a la lectura entre el alumnado», añadió el director, que resalta también la estrecha colaboración con la biblioteca municipal, con  las actividades que promueve.

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«Estamos desarrollando un gran esfuerzo por conseguir que las nuevas tecnologías se consoliden como una herramienta educativa en el colegio. Además del Plan de Red XXI que lleva varios cursos afianzándose en quinto y sexto de Educación Primaria, se ha dotado con pizarras digitales las aulas de 1º y 2º de Primaria así como salas de uso común: música, idiomas o de usos múltiples de Educación Infantil y Primaria», concluye.