Las matriculaciones de turismos se incrementaron el pasado año en Castilla y León un 2,76 por ciento con relación a 2017, hasta las 38.883 unidades, mientras que en el conjunto de España las ventas aumentaron un siete por ciento, hasta los 1,2 millones, según informaron fuentes de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac).
Por provincias, en todas se registran incrementos de las ventas a excepción de Valladolid, donde se acumuló una caída del 1,08 por ciento, hasta las 9.230 unidades, y en Zamora, donde el retroceso fue del 2,62 por ciento (2.194). La provincia de Ávila lideró las subidas con un 8,40 por ciento (2.517), seguida de Soria, donde la subida fue del 5,75 por ciento (1.471) y Burgos, con un alza del 5,69 por ciento (6.831). En la provincia de León el alza fue del 4,14 por ciento (7.186); en Salamanca del 3,94 por ciento (4.675); en Segovia, del 2,56 por ciento (2.366) y en Palencia del 1,69 por ciento (2.413).
Por tipo de motor, las ventas de diésel en la Comunidad se desplomaron un 27,20 por ciento, hasta las 13.282 unidades, por la caída del 20,6 por ciento registrada a nivel nacional, mientras que las ventas de turismos con motores de gasolina subieron un 28,75 por ciento (22.376). Este incremento fue un punto inferior al registrado en el conjunto autonómico. El resto de combustibles sumaron unas ventas de 3.225 unidades, lo que supone un incremento del 45,60 por ciento con respecto a 2017, subida que a nivel nacional fue del 59,63 por ciento.
A nivel autonómico, sólo Cataluña registró un retroceso en las ventas con una caída del 2,82 por ciento, mientras que Madrid, con un 13,23 por ciento, y Cantabria, con un 9,45 por ciento, lideraron los incrementos.
Marcas
Por marcas, Renault ocupó la cuarta posición en el mercado nacional con un total de 96.198 unidades, mientras que por modelos, el Nissan Qashqai fue el tercero más vendido (31.287), mientras que el Renault Megane ocupó la quinta posición (29.082) y el Renault Clio la sexta (28.859).
Raúl Morales, director de comunicación de Faconauto, afirmó que “en líneas generales se puede hablar de un año correcto para el mercado de la automoción nacional". Un crecimiento cercano al siete por ciento "no es un mal dato", dijo, para aseverar que "sin embargo, el ejercicio se ha estropeado en el último cuatrimestre, por dos causas".
En primer lugar, apuntó a la entrada en vigor del protocolo de emisiones WLTP, que adelantó ventas en verano y que desabasteció a algunas redes de coches homologados con el nuevo protocolo. En segundo lugar, y "más importante", denunció el clima negativo que rodea actualmente a la automoción, lo que "ha retraído ventas".
"Ahora, el mal dato de diciembre viene a confirmar el retroceso en las matriculaciones, que no se explica ya sólo por circunstancias sectoriales, sino que hay que tener en cuenta la bajada en la confianza de los consumidores, la posibilidad de una desaceleración económica o la evolución del contexto político. Esto nos ante un año 2019 teñido de incertidumbre, que se verá también influenciado por posibles cambios normativos o de fiscalidad que afecten al sector”, dijo.