Fallece el bebé de ocho meses que ingresó en el Clínico por meningitis

Óscar Fraile
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El Servicio Territorial de Sanidad está revisando el estado de salud de los compañeros de guardería para descartar posibles contagios

El bebé estaba ingresado en el Hospital Clínico Universitario. - Foto: El Día

El bebé de ocho meses que desde hace unos días permanecía ingresado en el Hospital Clínico Universitario por meningitis falleció en las últimas horas, según informaron ayer fuentes de Sacyl. El pasado viernes el Servicio Territorial de Sanidad activó el protocolo correspondiente ante la aparición del caso en el pequeño. Estas actuaciones contemplan medidas preventivas entre los compañeros de la guardería a la que asistía en la capital y el personal que allí trabaja.


La Consejería de Sanidad también informó de que han contactado con los padres de los compañeros del niño para la puesta en marcha de «las medidas de quimioprofilaxis establecidas por la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica».


Este organismo determina muy claramente cómo hay que actuar en un casi de estas características. «Toda sospecha de infección meningocócica deberá ser ingresada de urgencia en un centro hospitalario, y se realizará declaración urgente a las autoridades locales de Salud Pública». Y esto se hace con dos objetivos: «impedir la adquisición de la bacteria y la infección en sujetos en contacto estrecho con un caso» y «romper la cadena de transmisión de una cepa virulenta impidiendo su difusión secundaria a una población susceptible por los portadores sanos».


De este modo, Sacyl está revisando el estado de vacunación de todas las personas que han tenido un contacto continuado y estrecho con el paciente en las últimas fechas. También se está analizando su estado de salud para comprobar la posible aparición de los síntomas propios de esta enfermedad, es decir, fiebre, fringitis, vómitos, cambios en el comportamiento y manchas en la piel, entre otras. Todas estas personas tendrán que visitar en las próximas fechas al médico de atención primaria, que tendrá a su vez que definir la quimioprofilaxis (uso de sustancias químicas para prevenir que aparezca una enfermedad) en cada caso.


Este tratamiento es obligado para los contactos más próximos al paciente, tal y como determina la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica. Se entiende como tales a las personas que convivieran con el bebé, las que hayan pernoctado en la misma habitación del caso los diez días precedentes a la hospitalización y las que hayan tenido contacto directo con las secreciones nasofaríngeas del enfermo los diez días precedentes a su hospitalización. En este caso, al acudir el niño a la guardería, también se tendrá que seguir este protocolo con todos los niños y personal del aula.

Cabe destacar que este protocolo de actuación es el habitual, y no tiene nada que ver con una alerta sanitaria para la población. De hecho, desde Sacyl se recuerda que «la aparición de otros casos secundarios de enfermedad meningocócica a partir del primario es muy improbable». Las mismas fuentes señalan que «el contagio no es fácil, pues precisa de un contacto directo, continuado y estrecho para la transmisión entre personas», ya que «este patógeno no puede vivir fuera del cuerpo humano y se destruye en el ambiente».


Se da la circunstancia de que a finales del pasado año la Consejería de Sanidad introdujo a los doce años una tercera dosis de refuerzo en la vacuna contra el meningococo C, la bactería que produce la meningitis, entre otras enfermedades graves. El objetivo era el refuerzo de la etapa adolescente. Una medida que, curiosamente, se publicó en el Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl) días después de que se diera a conocer otro caso de meningitis en una guardería de Traspinedo que afectó a una niña de dos años y obligó a tratar con antibióticos a más de diez pequeños de edades similares.

Afortunadamente, la evolución de la niña fue favorable y el caso no tuvo el fatal desenlace del bebé de ocho meses que ha fallecido en el Clínico.


También se da la circunstancia de que hace apenas unos días la Consejería de Sanidad cerró la compra de 4.000 dosis de una vacuna contra trece tipos de neumococos que causan neumonías, otitis y meningitis.

¿Qué es la meningitis?

La Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica define la meningitis como una «enfermedad bacteriana aguda producida por ‘Neisseria meningitidis’ y que se caracteriza por el comienzo repentino, con fiebre, cefalalgia intensa, náusea, vómitos, rigidez de nuca y frecuentemente erupción petequial (manchas en la piel)». Más allá de estos síntomas, «a menudo» el paciente puede empezar a delirar y entrar en coma; y «a veces» pueden ocurrir casos fulminantes con postración súbita y shock. «En la meningococia fulminante la tasa de mortalidad sigue siendo elevada, aunque se emprenda rápidamente el tratamiento antibacteriano», señalan desde esta Red. Por otro lado, «el mecanismo de transmisión habitual es por contacto directo, incluyendo secreciones de vías nasales y faringe de sujetos infectados». En lo que respecta al periodo de incubación, puede variar de dos a diez días, pero lo más habitual es que sea de entre tres y cuatro días.