En el ojo del huracán

DPA / Madrid
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Tras el empate ante el Villarreal, el foco de las críticas sigue puesto sobre Ancelotti

De la conquista de la décima Copa de Europa a los silbidos solo hay 10 meses de distancia, algo que ahora comprueba el técnico del Real Madrid, Carlo Ancelotti, discutido por un sector de la parroquia ‘merengue’.

El equipo de Chamartín vivió el pasado domingo un torbellino de emociones para, al final, ceder un empate ante el Villarreal (1-1), lo que ha permitido al Barcelona reducir a dos puntos su desventaja con el líder de la Liga.

El encuentro del Bernabéu dio para muchos análisis y uno de los más efervescentes es el de la figura del italiano. Silbado levemente antes del duelo, en la segunda parte los abucheos se amplificaron cuando sustituyó a Isco, uno de los grandes favoritos de la grada.

«Un entrenador está en el campo y hace un cambio porque piensa que es una cosa buena para el equipo. Si la afición después no lo entiende, lo siento, pero he tomado esta decisión para dar más equilibrio al equipo», justificó después en rueda de prensa.

Para entonces, el Madrid jugaba con cuatro delanteros y solo dos volantes, superados por un oponente con un centro del campo mucho más poblado. El técnico decidió equilibrar mejor el once con la presencia de Asier Illarramendi, algo que parte de la hinchada no entendió.

No sucedió lo mismo con el técnico visitante, Marcelino García Toral, quien defendió la decisión de su colega: «Posiblemente, si no lo hace hubiésemos ganado», precisó ante los medios.

Lo cierto es que hace semanas que existen murmullos en torno al transalpino. Ni rastro queda de lo ocurrido hace 10 meses, cuando fue aclamado por conquistar la Champions tras 12 años de espera.

También parece lejano aquel final de 2014, en el que el líder encadenó 22 victorias consecutivas y propició que la prensa comenzara a hablar de una inminente renovación de su contrato.

El ciclo del portugués José Mourinho generó profundas divisiones en el Real Madrid. Tanto en el vestuario como en la propia afición. Y parece como si el luso todavía tuviera su nicho en el coliseo de la Castellana. De vez en cuando, se recuerda su figura, y más en estos tiempos, con Ancelotti en el centro de la mira de un sector de la hinchada.

Apoyo incondicional. Las críticas siguen, a pesar de que la plantilla le ha apoyado sin fisuras. «Somos una familia y él es nuestro padre», apuntó Pepe.

Los jugadores blancos han encontrado la estabilidad emocional con la llegada del italiano después de que el último año de Mourinho saliera a la luz la existencia de una indisimulada fractura en el vestuario. Pero una parte de la afición no comparte el entusiasmo de los futbolistas, según se aprecia en los últimos envites.

El preparador de Reggiolo ya sabe que el pasado cuenta poco en el Real Madrid. Al menos, en lo que se refiere a las emociones. Uno de sus retos es volver a revertir la situación y reconquistar el pleno aprecio de la grada.

En el horizonte queda el partido del próximo 22 de marzo, con el clásico ante el Barça en el Camp Nou. Una cita que también será muy importante para él.