El puente de Poniente pierde tráfico. En dos años ha visto reducida la intensidad media diaria de los vehículos a motor que lo utilizan para acceder al centro histórico. Las mediciones de la Concejalía de Movilidad reflejan que 1.962 conductores han decidido cambiar de ruta o desistido de cruzarlo para optar por el transporte público o aparcar en el aparcamiento disuasorio de la Feria de Valladolid.
Este es uno de los efectos secundarios de las obras de renovación acometidas el año pasado, donde se suprimió uno de los tres carriles de único sentido que tenía. «El puente ha bajado de intensidad. Objetivo cumplido», celebra el concejal de Movilidad, Luis Vélez.
El edil considera que las obras para la construcción de un carril-bici segregado y la ampliación de las aceras en detrimento del espacio para los vehículos a motor «han sido efectivas y no se registran grandes atascos». Vélez, eso sí, reconoce que sí que hay «algún embotellamiento», pero que no afecta a la «fluidez» del tráfico.
Desde el Ayuntamiento se entiende que se ha atendido la reclamación de los vecinos, que advirtieron del riesgo que suponía para los peatones la intensidad del tráfico que circulaba por los tres carriles del puente, sobre todo cuando la densidad de transeúntes era alta y se veían obligados a caminar por el bordillo. Por contra, otros vecinos de la zona de Huerta del Rey no ven con tan buenos ojos esta obra, que no estuvo exenta de polémica. Incluso el propio alcalde subió hace unos meses un vídeo a las redes sociales para defender la benevolencia de esta reestructuración y demostrar que no había atascos. «Este es el sitio que decían que íbamos a atascar reduciendo a dos los carriles. Como se puede comprobar, la circulación es absolutamente fluida. Se lo dedico a los agoreros de siempre, que suelen coincidir con los del PP, y profetas del Apocalipsis», apostillaba.
Puente Mayor. Esta infraestructura emblemática de la ciudad, que ahora mismo está en obras de renovación, soporta a diario el paso de 16.376 automóviles en sus dos carriles de sentido único, con una rebaja de 600 respecto a las mediciones de hace dos años. Un flujo que se rebajará aún más ya que las obras de renovación de aceras y mobiliario, con una inversión 285.000 euros, que se están ejecutando desde mayo, mantendrán un carril cortado durante cinco meses. El proyecto incluye aceras algo más anchas, con 2,70 metros cada una, y la calzada, ligeramente más estrecha, con 2,90 metros para cada carril en lugar de 3,25. Además el pavimento del puente pasará a ser de caucho, antideslizante y más resistente a los cambios de temperatura.
Los once viaductos de la capital soportan el paso de 177.356