El endurecimiento de la ITV llena los talleres

Óscar Fraile
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Los negocios reciben hasta un 30% más de clientes para reducir emisiones y solucionar defectos leves que no impiden pasar la inspección, pero pueden ser motivo de multa

El endurecimiento de la ITV llena los talleres

La Inspección Técnica de Vehículos (ITV) ha experimentado este año unos cambios sustanciales que están afectando de forma directa a los talleres de reparación de vehículos. Uno de los más importantes tiene que ver con el control de las emisiones contaminantes. Desde el 10 de septiembre todos los vehículos ligeros con categoría de emisiones Euro 5 y Euro 6 deben someterse a una lectura del OBD, un sistema de diagnóstico a bordo con el que están equipados la mayor parte de los vehículos. Este nuevo procedimiento permite a las estaciones de ITV saber si existe algún fallo en el sistema de emisiones derivado, por ejemplo, del uso o de una manipulación en los elementos del vehículo. «Algún experto podría incluso llegar a modificar la potencia del motor a través del software, y eso ahora lo detectamos con el OBD», explican desde la estación de ITV del polígono de San Cristóbal. Si este sistema informa de que hay un error, el resultado de la ITV pasa a ser automáticamente desfavorable. Si no hay fallo, se hace el control de emisiones tradicional. De hecho, no se han modificado ni los niveles de emisiones ni los gases que se controlan.

Muchos conductores prefieren prevenir antes que curar y han empezado a ir a los talleres antes de pasar la ITV para hacer una descarbonización del motor. Otros, después de obtener el resultado desfavorable. Este procedimiento sirve para eliminar la carbonilla que genera el quemado del combustible, tanto en los vehículos diésel como en los de gasolina, y, por ende, reducir las emisiones. «Hemos notado que están viniendo muchos coches que antes sí que pasaban y nosotros les hacemos una descarbonización inyectando hidrógeno en el bloque motor», asegura Jesús González, de Grupo Autonieto. Según él, el incremento de clientes en los últimos meses se sitúa entre el 20 y el 30 por ciento. Por su parte, Emilio Galván, de Talleres Turbo, asegura que «está claro que la nueva ITV genera más trabajo en los talleres» y explica que el sistema OBD da información de fallos que pueden ser muy variados. No solo sobre las emisiones, sino también de los sistemas de seguridad.

Un servicio de mantenimiento de este tipo puede costar unos 180 euros, según explica Carlos, de Talleres Poli, en la calle Piedad. «Siempre que no haya que cambiar elementos como los filtros o las bujías, o hacer un cambio de aceite»,  añade.

Pequeñas reparaciones. Pero no son las emisiones las que han provocado el repunte de clientes en los talleres. Tienen mucho más que ver las pequeñas reparaciones de luces, cambio de neumáticos o pilotos que tienen una pequeña fractura. Desde el pasado mes de mayo las estaciones de ITV pasaron de cuatro a tres resultados posibles en las inspecciones. Antes eran favorables, favorables con defectos leves, desfavorables (cuando había un defecto grave) y negativa (cuando había algún defecto muy grave). En mayo se eliminó el resultado de favorable con defecto leve para pasar a considerar esos casos simplemente favorables. Pero con matices. Si antes no se obligaba al conductor a repararlos, ahora se le da un plazo de dos meses para hacerlo. Y, aunque no hace falta que vuelva a pasar la ITV, si la Guardia Civil para a un coche que no haya solucionado estos problemas en ese plazo, procederá a imponer una multa.

Por eso los conductores se están tomando mucho más en serio estas pequeñas reparaciones. «Esta semana ha venido un cliente que llevaba seis años pasando la ITV con una pequeña raja en un piloto que incluso aparecía en las fotos del informe», añaden desde Talleres Poli. «Están viniendo con fallos de todo tipo, pero lo de las emisiones es porque el parque de vehículos es muy viejo», señalan desde otro taller de Valladolid.

Desde la estación de ITV aseguran que los fallos más habituales que suelen detectar en los coches se dividen en tres grupos, dentro de los más de 400 puntos que se controlan en un turismo: «Los defectos que generan más informes desfavorables son las emisiones, los fallos en los frenos y en las luces».

Según el anuario de 2017 de la actividad de las estaciones de ITV, el año pasado 196.793 vehículos se sometieron a la inspección en Valladolid, y el 17,7 por ciento no la pasaron a la primera. De las 161.883 que sí que lo hicieron, casi la mitad tenían defectos leves.

Las estadísticas también demuestran que la antigüedad del vehículo es una factor muy importante. Tanto es así, que el porcentaje de rechazados es del ocho por ciento en los vehículos con menos de cinco años, del 13,3 por ciento entre los que tienen entre cinco y diez años, del 18,1 por ciento entre los que tienen entre diez y 15 y del 21,8 por ciento para los que pasan de los 15 años.

Impulso para el sector. La presidenta de la Asociación de Talleres de Valladolid, Begoña Pombo, reconoce que el cambio en la ITV está suponiendo un pequeño impulso para el sector. «Ha generado movimiento en coches que tienen un cierto tiempo y que pueden ser susceptibles de dejación», asegura. Según ella, los defectos leves antes «se dejaban hasta la siguiente inspección, pero ahora, el hecho de que te puedan parar por cualquier motivo y vean que no lo has reparado, puede suponer una sanción». Aunque Pombo puntualiza que el más beneficiado de estos cambios es «el propio conductor» en particular y la seguridad vial en general. «Es muy conveniente mejorar el control de las emisiones y de otras partes del vehículo que afectan especialmente a la seguridad», añade.