Germán Barrios: «Para superar la crisis hay que rescatar a los ciudadanos y recuperar la confianza»

Santiago González
-

El presidente del Consejo Económico y Social reconoce que las políticas de austeridad llevadas a cabo en los últimos años han sido erróneas y apuesta en estos momentos por unas políticas que impulsen las inversiones productivas

El Consejo Económico y Social trabaja ya en la elaboración del informe de 2014, aunque aún quedan meses de debate interno hasta alcanzar unanimidad en las recomendaciones y propuestas. No obstante, Barrios ya reconoce que el pasado año fue mucho mejor que 2013.
¿Qué radiografía hace de la situación económica y social de la Comunidad en estos momentos?
Los datos macroeconómicos muestran una leve mejoría, muy lenta pero sostenida, aunque aún no se refleja en las familias. Tenemos un mercado muy precarizado que no ofrece seguridad porque ni los contratos ni los salarios muestran todavía síntomas de recuperación. La radiografía estaría incompleta si no sumamos a los datos macroeconómicos la sensación de pérdida de confianza de los ciudadanos hacia la función pública y las instituciones. Este factor nos está debilitando y nos impide mejorar como sociedad y construir un futuro. Superar la crisis, además de recuperar la macroeconomía, requiere rescatar a los ciudadanos y recuperar la confianza en las instituciones.
¿Cómo se rescata a los ciudadanos?
Elevando los índices de empleo y para ello es importante apostar por la inversión productiva y el estímulo de la actividad económica, así como por un nuevo modelo productivo basado en la modernización de nuestro mercado de trabajo, en la diversificación productiva y en una industria más sostenible que utilice los recursos endógenos. En definitiva, los ciudadanos lo están pasando mal, hay mucha gente que pasa frío y hambre, que no tiene expectativas de encontrar trabajo y además ve difícil revertir esta situación.
¿Comparte el optimismo de los gobiernos central y autonómico sobre el final de la crisis?
Las cifras y las previsiones son positivas, pero la recuperación será lenta. Las cifras están dando estabilidad, pero no permiten todavía alegrías y si la mejoría no llega a la gente no es suficiente. La recuperación económica debe ir acompañada de la recuperación del bienestar social, y todavía no se acompasan bien estos dos aspectos. Los ciudadanos han soportado la crisis, los recortes, las privaciones, la devaluación salarial, en definitiva han hecho un gran esfuerzo, por eso la recuperación económica será posible cuando perciban una mejora de empleo, de sus condiciones sociales y salariales.
La peor situación es para los jóvenes y los mayores de 45 años. ¿Hay soluciones para ellos?
Hay que apostar por la inversión y el estímulo de la actividad, pero con un enfoque integrador entre las políticas económicas y las de empleo, dando prioridad a la formación, así como a la certificación de la profesionalidad y de acreditación de las competencias laborales. Muchas personas conocen bien un empleo, pero no pueden acreditar las competencias y habilidades que tienen. Es necesario poner en marcha itinerarios integrados, que incluyan la formación, pero también la orientación sobre sus mejores expectativas y acompañamiento en la inserción. Para esto, los servicios públicos de empleo deben realizar una atención más personalizada para conocer las necesidades reales de los desempleados. Similar a la que realiza el médico de cabecera en el ámbito sanitario, que sabe tu historial y tus problemas.
No obstante, hay que ser conscientes de que no va a ser posible insertar a todos los mayores de 45 años en el mercado laboral, por lo que habrá que impulsar medidas de protección social para facilitar la vida a estas personas.
¿Para esto es suficiente la reciente reforma del Ecyl?
Yo creo que es buena y positiva, pero cuesta ponerla en práctica. Lo importante es que todas las medidas de tutorización y personalización en la atención a desempleados comiencen lo antes posible.
¿Ha llegado la hora de la recuperación salarial?
La moderación salarial pactada con los agentes sociales en el bienio 2012-2014 ha beneficiado la competitividad, pero ésta no puede sostenerse únicamente en unos salarios bajos, sino que debe construirse mediante talento y capital humano. Los sueldos han caído en torno al 9 por ciento entre 2010 y 2013, según la encuesta trimestral de costes laborales del INE, y esto ha sido doloroso especialmente para los que menos ganan, enfrentándose a un mayor riesgo de exclusión social y pobreza. Considero positivo un aumento salarial, porque conllevaría mayor poder adquisitivo y un crecimiento de la demanda interna que provocará más actividad e ingresos para empresas y arcas públicas. Hay una máxima, quien ha hecho el esfuerzo para la recuperación debe participar ahora en los resultados.
¿Qué es necesario para reactivar la economía tras el fracaso de la política de austeridad?
Hay que aprender de los errores. Las políticas de austeridad buscaban reducir el déficit y la deuda demasiado rápido, y lo que han hecho es lo contrario, frenar la economía, aumentar el desempleo y generar más déficit. No hay ningún dato objetivo que avalen las políticas de austeridad. Y además la deflación de precios es una soga para todas las familias endeudadas que ven cómo siguen debiendo lo mismo y sus bienes cada vez valen menos. Ha sido un error y ahora hay que apostar por políticas de inversión productiva y estímulo de la actividad económica, apostando por la diversificación, internacionalización e innovación.
¿Cómo puede afectar a la recuperación económica el triunfo de Syriza en Grecia?
Tenemos que ver como va a gobernar, Grecia tiene unos compromisos con la UE que hay que cumplir. Tampoco hay silogismos entre lo que pasa en Grecia y en España, ya que ellos han sufrido un rescate severo que nosotros evitamos. Yo espero espero y deseo que sean responsables con sus compromisos y que su gobierno sea sensato. No queda otra, a Grecia la tenemos que apoyar los países de la UE y ellos tienen que cumplir sus compromisos. Y lo deseable es que se recupere y tengamos una UE fuerte.
¿Frente al ahondamiento de las desigualdades, tanto territoriales como sociales, qué se puede hacer?
La crisis ha afectado a los más débiles, no sólo en recursos económicos sino en cualificación o formación educativa. Por ello hay que protegerlos, ya que la administración debe velar por que las personas dispongan de los bienes básicos evitando el deterioro de su calidad de vida. En Castilla y León, gracias al Diálogo Social y a las políticas de concertación con la Junta, se ha mantenido un colchón social que ha suavizado la crisis. Para corregir las desigualdades hay que incrementar el empleo, potenciar medidas con mayor presupuesto y cobertura como la renta de garantía de ciudadanía o la red de protección a las familias.
Para lograr la cohesión territorial, todas las políticas deben tener una transversalidad e incluso discriminaciones positivas. No podemos permitir que haya un eje superior a la convergencia europea, como Burgos-Valladolid, a la vez que zonas como Zamora, Salamanca o Ávila están muy por debajo de la media. No podemos permitir que algunas de nuestras provincias se conviertan en la Extremadura castellano y leonesa.
¿Qué papel juegan las infraestructuras en la cohesión territorial?
Hay que apostar por ellas como una de las mejores inversiones productivas, que va a estimular la economía y generará mucho empleo. Las infraestructuras son una inversión indispensable para abaratar costes logísticos y de distribución, y además un elemento importante de cohesión territorial. A mejores infraestructuras, mayor igualdad entre las provincias.
Y en el plano concreto, clama al cielo la Autovía del Duero y la conexión de Valladolid-León, en carreteras; mientras que en ferrocarriles hay que apostar por la alta velocidad de mercancías, no solo de  personas y la conexión de todas las provincias de la Comunidad, entre sí y con Madrid. No podemos dejar que el eje sur Salamanca-Ávila quede fuera de la alta velocidad.
¿De qué modo afecta a la cohesión la despoblación?
La despoblación es un problema muy grave y tenemos que reconocerlo. Realmente tenemos dos problemas, uno la disminución de población y otro, su desigual distribución en el territorio. Pero hay que tener en cuenta que este es un asunto que afecta a todas las comunidades y necesita una solución de Estado. Para frenarlo, es necesario desarrollar medidas con perspectiva integral, es decir que todas las políticas estatales y de la Junta deben vertebrarse para mejorar esta situación, y en concreto apostando por creación de empleo vinculado al territorio. En el caso de Castilla y León hay que impulsar políticas vinculadas al turismo rural y la agricultura.
¿La ley de ordenación del territorio puede ser una buena solución?
Es un paso más, pero importante. Tenemos que estar todos convencidos, no podemos cambiar de política cada cuatro años, hay que sentarse en una mesa y buscar las mejores medidas para solucionar el problema. Yo creo que la ordenación del territorio deja claro que es imposible dar los mejores servicios en los 2.248 municipios y entonces habrá unos distritos donde se potenciarán esos servicios sociales y tienen que ser incluso de más calidad que los que hay ahora. El camino en el que se está trabajando es positivo.
¿Cuál está siendo la evolución de la pobreza en la Comunidad durante los últimos años?
El altísimo desempleo es el principal problema y ello lleva unido un incremento de las personas en riesgo de pobreza y de exclusión social. Los indicadores de pobreza en Castilla y León son inferiores a la media nacional (17 frente al 20 por ciento), pero siguen siendo muy elevados. Además los últimos datos de la Agencia Tributaria indican que un 30 por ciento de los trabajadores por cuenta ajena perciben retribuciones por debajo de 9.034 euros al año y el umbral de pobreza está en 9.040 euros. Yo creo que hay que adecuar el salario mínimo interprofesional por encima del nivel de pobreza, al menos para los que no tienen otros recursos. Ahora a los que no tienen trabajo se suman los que disponen de un empleo demasiado precario a tiempo parcial o temporal.
¿Hay suficientes mecanismos de protección para los más débiles?
Gracias al Diálogo Social y la concertación con la Junta, la Comunidad ha establecido medidas que no hay en otras y que están funcionando, de manera que existe un colchón social que impide una explosión. Medidas como la renta garantizada de ciudadanía o la red de protección a la familias encienden el chip de la emergencia social en cuanto se detecta alguna necesidad.
¿Cómo son los servicios sociales de Castilla y León y cuál es su futuro?
Tenemos unos servicios sociales de calidad apreciados por los ciudadanos que han mejorado de forma progresiva en los últimos 20 años. Creo que son una conquista de todos y hemos aprendido que en momentos de crisis es cuando debemos tejer más mimbres para atender a las personas más débiles de la sociedad. Hemos pasado una crisis económica importante, tenemos una crisis política y de instituciones, pero solo hay media crisis social porque los mimbres de cohesion social han evitado un verdadero drama social en nuestro país.
¿La Junta recoge en sus presupuestos las prioridades de la Comunidad?
Los presupuestos deben tener un enfoque social importante, deben basarse en proteger nuestra sanidad, educación y servicios sociales. Mientras apuesten por unos servicios sociales de calidad, esenciales para la Comunidad irán en el buen camino. Y si hay un retroceso en esto el CES hablará alto y fuerte.
¿Se sienten satisfechos con la eliminación de gran parte del ‘céntimo sanitario’?
Lo valoramos positivamente, pero queremos poner énfasis en que esta reducción debe repercutir en el ciudadano. Seguimos proponiendo la extinción total del céntimo sanitario, pero también hemos pedido un mayor esfuerzo a los operadores del sector. El céntimo ha bajado 3,6 céntimos, el precio de los combustibles ha caído un 60 por ciento, pero el precio de gasolinas apenas ha bajado un 20 por ciento. Pedimos un esfuerzo porque los ciudadanos deben ver que esa rebaja les afecta sensiblemente.
¿El CES mantiene buenas relaciones con la Junta?
Es una institución propia de la Comunidad cuya misión es asesorar a la Junta y nuestras recomendaciones e informes intentan siempre mejorar las cosas. Todo se hace en un plano de lealtad institucional entre ambas instituciones. Creo que el papel del CES es entendido, comprendido y valorado desde las propias consejerías de la Junta. Nosotros no lanzamos ninguna diatriba contra el Gobierno, intentamos mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
Tras los cambios en las instituciones propias se anunció la creación de grupos de enlace con la sociedad. ¿Cómo va este asunto?
Se van a poner en marcha en breve, están muy avanzados. Están pendientes algunas propuestas de nombramientos por parte de las organizaciones sociales, ya que algunos de ellos están en proceso de reestructuración, pero yo creo que durante el mes de febrero tendremos ya todos los nombres. La creación de los 13 grupos de enlace es una experiencia pionera y vamos a ser el único CES de España que canalizará las demandas y propuestas del tercer sector.
¿Se puede adelantar algo sobre el informe de 2014?
El trabajo acaba de empezar y queda mucho intercambio de ideas. Indudablemente, 2014 ha sido sensiblemente mejor que el año anterior. El informe es difícil terminarlo antes de junio porque es el único CES que hace recomendaciones y propuestas al Gobierno para mejorar las cosas. Dedicamos bastantes comisiones y sesiones de trabajo para alcanzar las recomendaciones por unanimidad entre todas las organizaciones, pues eso nos da fuerza y valor ante la Junta.