El vago al rincón

M. R. I.
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Turnitin, el sistema antiplagio implantado por la Universidad de Valladolid hace casi tres años, ha revisado ya este curso 2.628 trabajos y sólo 121 son 100% originales

José María Marbán, vicerrector de Extensión Universitaria de la UVa. - Foto: J. Tajes

Copiar y pegar citas de otros autores o compañeros en los trabajos académicos presentados por los estudiantes de la UVa es casi «imposible» desde la puesta en marcha, hace casi tres años, del programa informático antiplagio Turnitin. Este sistema de búsqueda de coincidencias en textos académicos se ha convertido en una herramienta que ha posibilitado al profesorado universitario el control de casi 10.000 documentos escritos por los estudiantes.


El sistema antipirateo está incluido en la oferta del Campus Virtual de la Universidad de Valladolid, aunque su uso no es obligatorio en todas las asignaturas. «El uso de esta herramienta informática ha ido creciendo notablemente en los tres años que lleva en marcha, y ahora mismo hay 106 cursos que lo utilizan de manera natural y constante», advierte el vicerrectorado de Relaciones Internacionales y Extensión Universitaria, José María Marbán.


En este tiempo el Turnitin ha ido consiguiendo cambiar los hábitos  de «cortar y pegar» de muchos jóvenes. «No se trata de un sistema policial sino que es un programa con una clara vocación formativa que pretende cambiar la cultura del plagio por la del aprendizaje», señala el vicerrector de Extensión Universitaria.

«No siempre se identifica un plagio sino que muchas veces detecta citas sin referenciar o frases de uso común que encajan con texto publicados almacenados en las bases de datos». Y es que una vez que el alumno introduce el contenido de su trabajo en el programa, este genera un informe automático sobre si existen citas inapropiadas o posibles plagios.


En el análisis se muestran los textos coincidentes, pero también se detalla el origen y el autor de los textos originales. Esto es posible gracias a que el sistema accede a una base de datos de más de 135 millones de trabajos académicos y sitios web estilo ‘Rincón del Vago’. «El programa permite al propio estudiante comprobar el grado de plagio de los documentos que circulan por la red, así como la búsqueda de las citas originales que a veces no se llega a ellas por desconocimiento de los autores de los textos primarios», comenta Marbán.


Eso sí, deberá ser el profesor el que finalmente dictamine si se trata de un intento de «fraude» por parte del estudiante o se trata de una omisión en la cita del autor o una mala praxis a la hora de parafrasear.  Y es que uno de los problemas que más se detecta, sobre todo en los estudiantes de los primeros cursos,  es que está muy extendido «el hábito de copiar textos, por ejemplo de Google, y que no exista la conciencia de que eso sea un plagio», reitera el vicerrector de Extensión Universitaria.
El programa también da la posibilidad de que sean los propios compañeros los que revisen los textos. «Cuando los estudiantes revisan trabajos de otros alumnos ven el documentos en formato original, y en un panel lateral aparece la opción de añadir comentarios y marcas para ayudar a sus compañeros a eliminar las coincidencias», comenta José María Marbán.


Así, en lo que va de cursos ya se han escaneado 2.628 ejercicios, pero se espera que  la cifra pueda superar los 7.000 en junio.  De estos trabajos revisados, 241 registraban un nivel de coincidencia  de entre un 75% y un cien por cien, mientras que en 325 el porcentaje de copia se rebajaba entre el 50 y el 74%. En 580 escaneados por el Turnitin los niveles de coincidencia se establecieron entre el 25 y el 49%, mientras que en 1.361 esos niveles bajaban entre el 24 y el 1%. Sólo 121 ejercicios consiguieron ser considerados cien por cien originales.


Además, el Turnitin también permite que los profesores califiquen y comenten los trabajos de sus alumnos en tiempo real y en línea.