Un F-16 griego se estrelló ayer en la base aérea militar de Los Llanos (Albacete) causando la muerte de 10 personas y dejando 21 heridos, al menos siete de carácter grave. Los fallecidos son los dos ocupantes del avión, de nacionalidad helena, y ocho franceses que, en el momento del siniestro, se encontraban en la pista. En cuanto a los afectados, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, confirmó que ninguno de ellos es español.
Según explicó el Ministerio de Defensa, poco después de las tres de la tarde, el avión militar, que participaba en unos ejercicios anuales que organiza la OTAN para el perfeccionamiento del pilotaje, comenzó su maniobra de despegue en una de las pistas de Los Llanos. Esta base acoge, habitualmente, aviones de la alianza, ya que allí se encuentra la escuela para los militares encargados de dirigir las naves. Por motivos que aún se desconocen, el aparato perdió fuerza poco después de elevarse, viró a la derecha y fue precipitándose hasta que se estrelló con otros aviones del mismo curso que estaban siendo preparados en una plataforma cercana. La colisión afectó a, al menos, cinco aviones, del tipo Mirage franceses y Alfa-Jet italianos, nacionalidad de la cual son la mayoría de los heridos.
El choque causó una gran explosión, según testigos presenciales, a la que siguió un aparatoso incendio, que, debido a la gran cantidad de combustible que se encontraba en la zona, fue muy complicado de controlar por los Servicios de Emergencia que se desplazaron al lugar. De hecho, la columna de humo que generó el F-16, integrado en el Tactical Leadership Programm (TLP) de la OTAN, al estrellarse era visible desde varios kilómetros de distancia. Precisamente, además de la propia colisión, las primeras hipótesis apuntan a que el fuego y el humo pudieron provocar alguna de las muertes.
Además, de los 21 heridos, siete sufren lesiones graves, cinco presentan pronóstico reservado y otros cinco fueron dados de alta. Algunos fueron atendidos en la unidad de grandes quemados del hospital de La Paz, en Madrid, otros en el Complejo Hospitalario Universitario de Albacete, y los restantes en el Hospital de Hellín. Según aseguraron algunas fuentes, estos últimos fueron ingresados por inhalación de hidracina, un combustible altamente tóxico.
El ministro de Defensa, Pedro Morenés, se trasladó a la base aérea, al igual que el Jefe del Estado Mayor del Aire, el general Francisco Javier García Arnáiz.
TRÁGICA LISTA. Los fallecidos en el accidente en la base de Los Llanos se suman a la larga lista de accidentes aéreos que, desde 1980, han costado la vida a 93 militares en España.
Hasta el suceso de Albacete, la última tragedia mortal con un avión de las Fuerzas Armadas tuvo lugar el pasado junio. El capitán Fernando Lluna Carrascosa, de 30 años, natural de Madrid, casado y con una hija, perdió la vida en unos ejercicios rutinarios al estrellarse en Sevilla el Eurofighter que pilotaba, el avión de combate más moderno con el que cuenta el Ejército del Aire.
El accidente aéreo militar más grave en suelo patrio tuvo lugar el 28 de febrero de 1984, cuando 18 efectivos murieron al estrellarse un avión Hércules C-130 de las fuerzas aéreas norteamericanas en el término municipal de Borja (Zaragoza). El avión, que procedía de una base que Estados Unidos tenía en las proximidades de Francfort (Alemania), había partido de Zaragoza y, cuando sobrevolaba un paraje denominado La Albardilla, chocó contra una loma de unos 400 metros de altura.