Al grito de “nosotros no emigramos, nosotros luchamos” y “queremos estar aquí, pero nos echan” militantes y simpatizantes, en su mayoría jóvenes, de la formación Izquierda Castellana realizaron la ofrenda floral ante el monolito de los capitanes comuneros decapitados por las tropas de Carlos V en 1521, cuyo espíritu y testigo recogieron para reclamar que “hay un futuro digno para Castilla”.

En representación de la formación, Gemma Fernández leyó el manifiesto en el que apostó por la ruptura constitucional para un nuevo orden constitucional frente a las reformas, por el derecho a decidir y por una Castilla libre, comunera, solidaria y feminista.

“El sentimiento comunero sigue vivo en Castilla”, exclamó Fernández ante casi un millar de personas congregadas en la plaza de la villa comunera, durante una intervención jaleada por los asistentes con el grito de “nosotros no emigramos, nosotros luchamos”. “No vale la reforma, sólo la ruptura para recuperar los derechos”, defendió la joven de Izquierda Castellana de Valladolid.

Por ello, pidió a sus compañeros de formación “recoger la semilla comunera” para avanzar en un futuro digno para la Comunidad, que se mostró convencida de que existe. El acto terminó con el canto del himno a los comuneros.