«Con buena salud financiera». Así definió ayer el diputado de Economía y Hacienda, Víctor Alonso Monge, la situación por la que atraviesa la Diputación de Valladolid tras dar a conocer los datos al cierre del ejercicio 2013. La institución provincial cerró el año con un superávit de 11.504.981 euros, lo que permitirá realizar inversiones a lo largo del año. Y es que el Gobierno ha cambiado la Ley de Estabilidad Presupuestaria para que los ayuntamientos y las diputaciones que tienen superávit puedan destinar este excedente a inversiones.
De esta forma, debido a esta buena salud financiera de la Diputación, el equipo de Gobierno ha decidido utilizar 8.126.078 euros con distintos objetivos. El primero de ellos será usar 4,4 millones para realizar diferentes actuaciones de acondicionamiento y mejora en diversas carreteras de la Red Viaria Provincial y, de igual forma, también se prescindirá de un crédito que estaba pensado solicitar a los bancos por valor de 3,6 millones de euros durante este año.
Igualmente, la Diputación está estudiando otras dos actuaciones encaminadas a mejorar los centros turísticos de la propia institución, así como la mejora de la seguridad en los municipios para evitar robos de cable. Estas dos últimas iniciativas están todavía en fase de estudio y será en los próximos meses cuando se decida qué planes se llevarán a cabo.
En este aspecto, se pretenden llevar a cabo una serie de actuaciones que permitan modernizar y poner al día la musealización de algunos centros turísticos, como el Museo Provincial del Vino, donde además se va a mejorar la accesibilidad, o el Museo de las Villas Romanas, aunque aún está todo en el aire.
Alonso Monge advirtió de la necesidad de ser cautos a la hora tanto de gestionar el superávit como de continuar con una merma continua de la deuda de la institución. Por ello, manifestó que durante este ejercicio se procederá a amortizar de 8.698.699 euros, de manera que el objetivo de la institución es cerrar el año con una deuda viva de 44.961.727 euros y un ratio máximo de endeudamiento del 46,8%, siete puntos mejor de lo previsto inicialmente y muy lejos del 110%, límite establecido en la Ley de Haciendas Locales. Al inicio del mandato, a fecha 31 de diciembre de 2011, la deuda de la Institución provincial era de 75.676.025 euros, lo que suponía un 96,91% sobre los ingresos liquidados el año anterior.
Otro aspecto que refleja el buen estado de la Diputación en materia financiera es que el Remanente de Tesorería para Gastos Generales no comprometido asciende a 17.416.861 euros. Es decir, un dinero que podría destinar a cualquier fin en un momento determinado.
Por último, el diputado también informó de que la Diputación tiene un plazo medio de pago a proveedores de 27 días, uno de los requisitos indispensables para poder optar a destinar el superávit a inversión.
Sobre el cierre del ejercicio el pasado año, Alonso Monge manifestó que los ingresos no financieros subieron un 3,2% sobre lo inicialmente presupuestado debido a una ligera subida de la participación en los ingresos del Estado, así como del recargo provincial del IAE, los ingresos patrimoniales y, especialmente, la llegada de los fondos Feder comprometidos para la puesta en marcha del Parque de Artesanos.
Sin embargo, los gastos también se vieron incrementados y se situaron en 103.819.651 euros, lo que representa un incremento del 6,8% sobre lo inicialmente presupuestado.