La estación prevista en la Universidad se cae del proyecto del soterramiento

Luis Amo
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La Sociedad Valladolid Alta Velocidad elabora un listado de varias obras vinculadas a la operación que se suprimirán para compensar de este modo la reducción de ingresos procedentes de la venta de las casi cien hectáreas de suelo

Un tren de alta velocidad a su paso por las actuales instalaciones del apeadero de la Universidad de Valladolid. - Foto: J. Tajes

Encaje de bolillos para ajustar la operación ferroviaria. Eso se desprende de las cuentas que la Sociedad Valladolid Alta Velocidad está confeccionando para intentar optimizar el proyecto del soterramiento con el rédito de la venta de las cien hectáreas afectadas por el Plan Rogers. Y es que un estudio elaborado por la empresa de tasación Tinsa valora los terrenos en 559,5 millones de euros frente a los 818 millones que estimaron en 2010, ambas cantidades sin IVA, o lo que llama más la atención: un cálculo realizado en 2008 por parte del equipo de Rogers de 1.100 millones (conIVA). Así las cosas, las dos cifras de Tinsa reflejan que la Sociedad del TAVtendría ahora un desfase económico de 120 millones de euros en el caso de vender los suelos, un dato que se consigue de la diferencia de los totales y teniendo en cuenta los 158 millones de ahorro previsto al suprimir varios proyectos. Con estos números encima de la mesa, la rentabilidad lograda por la venta de suelos merma considerablemente por la crisis, por el bajón de operaciones inmobiliarias, lo que provoca que los responsables del organismo ajusten las cuentas quitando los proyectos «prescindibles». Por lo pronto, el alcalde,Javier León de Riva, recuerda que «no hay que vender todo el suelo de golpe y porrazo».


La Sociedad de Valladolid Alta Velocidad cuenta con un listado detallado de los proyectos que ya no se van a realizar o se van a modificar con respecto a lo previsto y que supondrá una reducción del coste de la operación del soterramiento en 134 millones de euros sin IVA o 158 millones con IVA. Uno de los más relevantes era la estación o apeadero de la Universidad, lo que provocará que en un futuro sólo exista una estación -Valladolid Campo Grande- en el término municipal frente a las dos actuales. La suprimida contaría con una longitud de 500 metros y dispondría de tres vías y un apartadero.


Junto a esta, también se descarta la construcción de la estación provisional de pasajeros prevista para acoger las paradas y el tránsito de pasajeros y ahora se plantea el diseño de una gran pasarela que cruce las actuales vías más próximas al edificio histórico de la Estación del Norte hacia la zona de vías más hacia el paseo de Farnesio, es decir, la utilizada ahora por los trenes de mercancías. Estas dos intervenciones suprimidas vendrían a suponer unos 15 millones de euros cada una. Respecto a la nueva estación intermodal, como ya se había anunciado por la ministra de Fomento,Ana Pastor, o el alcalde de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva, se evitará hacer una obra «faraónica» y se opta por unas instalaciones «modernas y funcionales pero normales». Inicialmente costaban 40 millones de euros.


Estos tres proyectos son de los más importantes de entre los que se eliminarán para reducir gastos e intentar de esta manera que las cuentas del soterramiento salgan, pero existen otro buen número de ellos que también sumarán ahorro al presupuesto general: desde la reducción de dos vías la futura estación de viajeros hasta la reducción también de ocho vías de entre las veinte previstas destinadas a los convoyes de mercancías, pasando por la supresión del mobiliario de diseño con referencias o inspiración vallisoletana que suponía también una destacable inversión.


Sobre otras infraestructuras, se acortará la longitud del túnel de vehículos entre Arco de Ladrillo, Estación Campo Grande, Ariza y Ciudad de la Comunicación ejecutándose los metros imprescindibles para agilizar toda la circulación rodada en el entorno de la nueva estación. En esta línea también remarca la reducción de las obras de urbanización de todo el suelo (unos 40 millones).


Pero además de estos ahorros, y aún pendientes del último estudio de Tinsa, la Sociedad del TAV reconoce que están retrasando la salida del suelo al mercado para intentar venderlo, en principio, a partir de 2016 e intentar conseguir el mayor beneficio posible, lo que redundará en una mejor viabilidad de la operación del soterramiento.


Así las cosas, el Grupo Municipal de IU ha revelado el último informe cerrado de Tinsa, el de 2013, sobre el que apunta que el soterramiento del ferrocarril es «inviable». Su portavoz, Manuel Saravia, además de denunciar «la falta de transparencia» del alcalde León de la Riva y de su equipo de Gobierno exige toda la documentación con el objetivo de que se replantee el Plan Rogers tras constatar la notable caída del valor del suelo liberado.