Jijona y Valladolid, hermanadas por el turrón

D.V.
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El turrón se convierte en un vínculo de hermanamiento entre las ciudades de Jijona y Valladolid con motivo de las fiestas navideñas

Jijona y Valladolid, hermanadas por el turrón

El turrón se convierte en un vínculo de hermanamiento entre las ciudades de Jijona y Valladolid con motivo de las fiestas navideñas. Este dulce con denominación de origen específica viaja desde Alicante hasta la capital vallisoletana para hacer las delicias de las familias en Navidad.

El escaparate del número 2 de la calle Lencería marca las estaciones del año en Valladolid desde 1957. En verano, el helado, y el turrón, en invierno, atraen al mismo número de adeptos, que sucumben al magnetismo que parecen tener las vitrinas del local. Dos productos antagónicos que, sin embargo, comparten un apellido común: Iborra.

La temporada de helados comienza a mediados de abril y se alarga hasta finales de octubre, pero se pueden seguir disfrutando también durante el invierno. Por otra parte, la venta del turrón y el resto de productos navideños arranca en el mes de octubre, explica a Europa Press uno de los tres hermanos que regentan el negocio, Antonio Iborra.

Poco antes, el personal que lo elabora se desplaza al obrador de la familia en Jijona (Alicante), la "cuna" de este producto. Con la "calidad" como denominador común, cuatro generaciones han dedicado su vida al turrón desde que, a principios del siglo XX, el jijonenco Manuel Iborra García empezase a comercializar su producto en Valladolid.

En este sentido, Antonio Iborra, ha explicado que se ha decidido "mantener la tradición familiar de vender el producto en Valladolid y fabricarlo en Jijona", donde, aparte de contar con la maquinaria necesaria y los empleados de confianza, el turrón obtiene una "denominación específica de origen".

De este modo, la producción tiene sede en Alicante, mientras que la comercialización se centraliza desde Valladolid, pero sus turrones se distribuyen también en tres puntos de venta de Galicia, en Francia y a través de Internet. Además, de mano de los clientes, los turrones de Iborra, han llegado a Japón, China, Polonia, Rusia, Santo Domingo o EEUU, aunque "es imposible saber hasta donde llegan los productos de mano de los usuarios", admite Iborra.

"Todo empezó con el turrón y después llegó el helado", reconoce, y recuerda la publicidad que enviaba su bisabuelo a los periódicos: 'Como en turrones, helados Iborra los mejores'. Pero el primer año, cuando la familia se instaló en el local de la calle Lencería en 1957, "solo se vendió turrón", rememora.

Además de las once variedades de turrones --entre las que se incluyen recetas aptas para celiacos--, otros productos típicos navideños son las almendras rellenas, los pasteles de yema y gloria, los polvorones de almendra, las figuritas de mazapán o las empanadillas de yema.

"Algunos clientes han confesado que vienen a Valladolid 'ex profeso' por el turrón", confirma el menor de los Iborra, quien valora que los turistas acudan a Valladolid, "se queden a comer, descubran la ciudad y paseen por sus calles".

El mismo poder de atracción tiene el helado, pues muchos clientes le han confesado que regresan a la ciudad para probarlo. Sin embargo, a su juicio, "la gente viene por la ciudad, por la gastronomía y sus productos".

"Los empresarios de Valladolid se infravaloran", confiesa Iborra, que, parafraseando las palabras que un día le susurró el humorista vallisoletano Leo Harlem, admite que "los empresarios de Valladolid se subestiman porque podrían comercializar su producto en cualquier parte del mundo y no lo hacen".