El alcalde sí que es un modernillo

A. G. Mozo
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Óscar de Rivera abre las fiestas de 2013 con su pregón en la Plaza Mayor. - Foto: Miriam Chacón (Ical)

¿Saben eso que dicen de que las apariencias engañan? Es cierto. Nuestro alcalde, a sus 67 años, da el clásico perfil de un recién jubilado, con esa pelliza de cuero tan invernal con la que aparece en cuanto cae la primera helada, con sus camisas de verano, con esas frasecitas que le catapultan a la actualidad nacional... Javier León de la Riva parece que está chapado a la antigua, ¿verdad?

Pero no. Es solo la fachada. Nuestro alcalde en realidad es un modernillo. Y, si no, miren qué inicio de fiestas preparó el tío. El pregón para un DJ internacional y, por la noche, sesión de chunda chunda del bueno. Un Óscar de Rivera que, por cierto, reivindicó desde el balcón consistorial más y mejor ocio nocturno en Valladolid. No sé a qué se refería, pero estaría muy feo que fuese un rejonazo al Ayuntamiento por la polémica con la música en directo en los bares, estando donde estaba...

Fue un pregón modernillo, con un DJ de corbata, en pleno agosto, a mediodía, con el sol mandando en el cielo... coño, que daban ganas de celebrar el pregón en la playa. ¡Y en bañador! Si San Mateo levantase la cabeza...

Más anticuado se mostró el sector más joven de las fiestas, que repitió el guión de todos los años. Desfile de peñas, cachis, calimocho, cubatas… un licoreo en toda regla. Que no digo yo que esté mal, pero de moderno, nada de nada. Fue lo de siempre. Y el domingo, resacón mientras la ciudad se quitaba el olor a vino.

Anoche las peñas fueron más elegantes. Sin manchar a nadie de calimocho, cada uno con su gorrito de cocinero y con este nuevo récord pucelano. Quizás faltó Chicote encabronado por algo, aunque, quien sabe, igual aparece hoy y se pone a repartir tarta. A ver quiten tiene arrestos para pedirle un trozo. Yo no. Se lo dejo a los modernillos.