«Su testimonio y su dolor son el mejor argumento para rechazar tantos intentos de reescribir la historia, blanquear lo ocurrido, o justificar tanto dolor gratuito». El presidente de la Junta de Castilla y León,JuanVicente Herrera, no escatimó en palabras para rechazar el odio y defender la memoria de las víctimas del terrorismo durante el homenaje celebrado ayer en el Centro Miguel Delibes de Valladolid, en el que se hizo entrega de medallas distintivas a 45 personas de la Comunidad que sufrieron la violencia terrorista. Durante su intervención, reconoció que pese a la dificultad de este momento para alcanzar los acuerdos necesarios, «en una futura actualización de nuestra Constitución debería incluirse en ella una mención expresa a las víctimas del terrorismo, a sus valores y su significado para toda la sociedad española, y sus futuras generaciones». Algo que vendría a poner «rostro humano, hacer justicia, saldar una deuda y recordar siempre a quienes de modo tan directo han dado tanto por la libertad, la dignidad y los derechos de todos», expresó Herrera ante números representantes sociales y políticos, así como las propias víctimas.

Un acto que sirvió de homenaje al colectivo de las víctimas del terrorismo de Castilla y León, como un «reconocimiento y memoria para que estén siempre presentes en nuestra sociedad» tal y como señaló el presidente autonómico. Un homenaje que quiso enmarcar en la Ley de reconocimiento y atención a las víctimas del terrorismo, aprobada hace un año por unanimidad en las Cortes, y que acredita que «en esta tierra» el reconocimiento a las víctimas del terrorismo «no tiene fisuras, ni entre las distintas opciones políticas, ni en el sentir y pensar de la sociedad».

Por su parte, el presidente de la Asociación de Víctimas del Terrorismo de Castilla y León, Juan José Aliste, reclamó justicia y que se resuelvan todos los asesinatos terroristas, ya que hasta la fecha todavía hay más de 300 crímenes de ETA que aún no se han juzgado. Aliste, que sufrió un atentado de la banda terrorista exigió que no se les desautorice en sus reivindicaciones a las víctimas, ni se les presente como parte «imprescindible» de un escenario de reconciliación que lo único que busca es «legitimar la teoría del conflicto», al tiempo que agradeció la Ley de reconocimiento porque «visibiliza, asiste, apoya y satisface» su demanda de «dignidad».