Laguna de Duero, Montemayor y Pedrajas de San Esteban son los pueblos que más crecen en verano

R. GRIS
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La provincia aumenta su número de vecinos un 65% los meses estivales · Los alcaldes afirman que la actividad «se dispara» y los ayuntamientos tienen dificultades para atender necesidades

La vida se transforma por completo durante los meses de verano en los municipios vallisoletanos.

Doblar turnos, hacer horas extras, contrataciones temporales y, sobre todo, mucha gente... Son muchas las vicisitudes por las que pasan los   municipios de la provincia durante la temporada estival. La situación económica ha hecho que muchas personas que, antes se marchaban de vacaciones en busca de destinos más exóticos, hoy en día lleguen a sus pueblos en busca de una paz y un descanso mucho más económico. Pero no solo ahora se está registrando este fenómeno poblacional en los pueblos, sino que desde hace años las vacaciones representan un aumento de población para el medio rural que contrasta con la situación que muchas localidades viven en invierno.

De esta forma, la provincia vallisoletana registra un importante cambio en su población, un cambio muy significativo para los municipios, que ven en muchos casos cómo su número de vecinos casi se duplica. Esta circunstancia se pone de manifestó en los datos recogidos por el profesor de Geografía Humana de la Universidad de Valladolid, José María Delgado, quien refleja el aumento de la población flotante en los municipios de la Comunidad.

En el caso de Valladolid (hay que tener en cuenta que las cifras reflejan la situación de 2009) la población pasaba de 208.081 personas residiendo en los pueblos durante el invierno a 344.524 durante el verano, lo que representa un aumento del 65 por ciento.

Esta circunstancia hace que no sean pocos los consistorios que tengan serias dificultades a la hora de prestar servicios para todos estos nuevos vecinos. Las basuras, la depuración, el abastecimiento de agua, la policía, la limpieza de las calles... Los alcaldes tienen claro que las arcas municipales se ven afectadas por esta época del año. Algunos casos llaman especialmente la atención. Son, por ejemplo, Laguna de Duero, Simancas, Montemayor y Pedrajas, algunos de los municipios donde más aumenta la población en verano. En el caso de Laguna el número de vecinos pasó de 21.457 a 37.490; en Montemayor este cambio fue de 999 a 1.788; en Pedrajas, de 3.649 a 6.407.  

Miguel Rodríguez, alcalde de Simancas (de 4.433 a 7.425), manifestó que gracias a las ayudas que llegan al municipio procedentes de la Junta y la Diputación puede contratar a más personal municipal para realizar las labores necesarias. «Tenemos refuerzos también con la policía, donde aumenta el número de horas de vigilancia. Aquí, quitando la urbanización Entrepinos no hay muchos casos de segunda vivienda».

De la misma forma, el regidor de Íscar, Alejandro García, apuntó que en fiestas el municipio sostiene a más de 20.000 personas, cuando durante el invierno son unas 6.500. «La plantilla municipal tiene que hacer un gran servicio y aumentan o doblar turnos para poder atender a todas las necesidades que se generan durante estos días. Tenemos diez personas más trabajando durante estos días».

Por su parte, el regidor de Alaejos, Carlos Mangas, cuyo municipio se dispara de 1.611 a 2.823, destacó que las necesidades «se disparan» y que el año pasado tuvieron muchos problemas «con el servicio de salud».