La estrategia Agrohorizonte 2020 se presentó ayer como un programa global para el sector agrario en el nuevo marco financiero europeo que contará con una dotación de 8.300 millones en los próximos seis años. El presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, presentó este plan integral y destacó que pretende aprovechar las bases estructurales creadas durante los últimos siete años de programación europea, para consolidar y potenciar su productividad, competitividad y capacidad de aportar crecimiento, riqueza y empleo en Castilla y León.

La consejera de Agricultura y Ganadería, que clausuró la jornada de presentación, incidió en que esta estrategia «empieza hoy a elaborarse a través de la participación de todos los agentes implicados en el sector y la sociedad». «Todas las sugerencias serán escuchadas e incorporadas si es posible», sostuvo.

Las prioridades de Agrohorizonte 2020 recaen sobre siete sectores, como son el vacuno de leche, ovino, ibérico, vino, remolacha, cultivos herbáceos de alto valor añadido, hortícolas y la patata. Todos ellos han sido seleccionados por su aportación a la renta global agraria de Castilla y León, por la importancia de las producciones, por el número de explotaciones y agricultores que trabajan en ellos, por su vinculación estratégica con la agro-industria y por su potencial de crecimiento.

La estrategia está concebida de forma dinámica y participativa, dado que el empleo del sector agrario y agroalimentario llega a las 100.000 personas en la Comunidad.

Los sectores elegidos aportan a la producción final agraria de Castilla y León un valor medio de 2.200 de millones, lo que representa el 41 por ciento del agrario, y que afectan potencialmente a más de 81.000 explotaciones y 68.000 agricultores y ganaderos.

Con la presencia de representantes de las organizaciones agrarias y otros expertos de diveros organismos españoles y europeos, el presidente de la Junta resaltó que «el sector agrario y la industria agroalimentaria tienen mucho que decir en el futuro de Castilla y León para conseguir una comunidad más rica, más fuerte, más competitiva y más abierta».

Con la presentación de este proyecto, la Junta abre una nueva fase en el desarrollo de la estrategia en la que se someterá el resultado de los grupos de trabajo a un «intenso debate público, lo más abierto posible, mediante su presentación y posterior discusión en otras nueve jornadas sectoriales, que se desarrollarán en todas las provincias de la Comunidad en los próximos cuatro meses», deslizó la consejera.

Para ello, la estrategia fusiona e integra las herramientas aprobadas esta legislatura, diseñadas para apoyar a los principales sectores del mundo agrario, cuyo principal hito fue la aprobación de la Ley Agraria de Castilla y León en marzo pasado, con el consenso político, económico y social. «Lo hemos hecho con el apoyo del sector, día a día», subrayó Clemente.

Este capítulo da también paso a un nuevo Programa de Desarrollo Rural, la principal herramienta de la política agraria regional. Y a una nueva Estrategia de Especialización Inteligente (RIS3), que tiene a la agroalimentación y al sector agrario como prioritarios. A ellos se destinarán más de 70 millones a I+D+i, «para que todos los procesos tengan la mejor tecnología posible y abaratar los costes para conseguir que sea lo más competitivo posible».

Trabajo hecho. Agrohorizonte 2020 aprovechará la base del sector agrario, que ya aporta riqueza y dinamismo a la economía regional. Clemente señaló que Castilla y León está en el 86 por ciento de ejecución de fondos europeos.

En el periodo 2007-2013 se apoyó a 7.191 explotaciones, con una ayuda de 229 millones, que a su vez ha permitido generar una inversión de 461 millones; se habrán modernizado 63.251 hectáreas y actuado sobre casi 34.000 hectáreas de nuevos regadíos, con fondos de la Junta por importe de 266,23 millones, que han permitido realizar una inversión de 647 millones. «La inversión en regadío acredita un rejuvenecimiento del sector», abundó. Avanzó Clemente que hay un paquete preparado en regadíos para el nuevo periodo y que se contempla también la posibilidad de inversión público-privada.

En cuanto a la incorporación de jóvenes, Castilla y León fue la comunidad con mayor número de incorporados, más de 3.000, que alcanzarán los 4.000 con la suma de este año. Para el año 2020, el objetivo es lograr que más de 5.000 jóvenes se instalen la actividad agraria, lo que supone incrementar un 67 por ciento. «Hay que aprovechar la oportunidad que brinda la crisis para que los jóvenes vean atractivo en el campo», comentó.

La demanda de formación agraria se ha incrementado, desde 2007, en un 10,5 por ciento, y el esfuerzo se ha centrado también en crear y consolidar equipamientos e instalaciones que permitieran situar a la Comunidad como referente en cuanto a infraestructuras de investigación.

En materia de industria modernizada, en los últimos siete años se han concedido ayudas a 1.885 proyectos productivos por un importe de 456 millones, lo que ha permitido llevar a cabo una inversión de 2.093 millones y la creación de 4.480 nuevos empleos. «Esto supone un 21 por ciento más de empleos, frente al decrecimiento nacional del tres por ciento», dijo Clemente.

La apuesta por la exportación se refleja en un aumento del 32 por ciento, siendo el valor de las mismas el 15 por ciento del total de la facturación de las empresas agroalimentarias. Se impulsará a través del «apoyo decidido» de Futura Alimenta 2014-2017.

El apoyo a las denominaciones de origen y marcas de calidad se ha traducido en 13 millones, así como ‘Tierra de Sabor’, que en sus cinco años de vida ha obtenido el respaldo de la industria agroalimentaria, ya que actualmente 857 empresas tienen autorizado su uso. «No hay otra marca con tantos productos con el mismo sello, que reflejan calidad y demostrada trazabilidad», sostuvo.