El centro de Telefónica I+D de Boecillo trabajo en proyectos vinculados con la 'nube' y la televisión digital

J.A./ ICAL
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Antonio Ferreras: "Castilla y León se ha subido al tren de la innovación y se esfuerza por no bajarse"

El centro de Telefónica I+D de Boecillo trabajo en proyectos vinculados con la 'nube' y la televisión digital

El centro de Telefónica I+D, la fábrica de productos y servicios que la compañía tiene en el Parque Tecnológico de Boecillo (Valladolid), cumple 15 años en Castilla y León, una “eternidad” en la que ha impulsado la transformación de la Comunidad, que viaja ya en el tren de la innovación, según sostiene su director Antonio Ferreras (Segovia, 1966). En una entrevista concedida a Ical subraya los avances logrados sobre el almacén virtual de la 'nube', la televisión digital y el 'internet de las cosas', basado en la conexión de múltiples dispositivos a la red para ofrecer más prestaciones. Por ello, reclama un giro en la oferta formativa de las universidades para atender las demandas de un nuevo mundo digital en torno a las comunicaciones y avisa a las empresas que no podrán sobrevivir si dan la espalda a la tecnología.

El centro cumple 15 años en Castilla y León. ¿La llegada de Telefónica a la Comunidad ha revolucionado su avance tecnológico?

La llegada de Telefónica ha tenido mucho impacto en el desarrollo de Castilla y León. Vino al Parque Tecnológico en una época de crecimiento y atrajo a un ecosistema de 'patners' que enriqueció a la Comunidad. Desde entonces, el centro siempre ha tenido bastante peso, de hecho su volumen de actividad supera los 30 millones. Muchos jóvenes de Castilla y León han pasado por nuestras instalaciones y también hemos exportado talento, abriendo la autonomía al exterior.

¿Cómo era y cómo es Castilla y León en términos tecnológicos?

En este mundo, 15 años es una eternidad. Castilla y León ha dado un gran salto cualitativo, a pesar de ser una comunidad no muy agraciada por la dispersión y la orografía. Hemos aumentado 18 puntos la tasa de conexión de los hogares a internet y estamos en muchos indicadores por encima de la media nacional. Entonces no había los 'clusters' de innovación, ni los ecosistemas de 'patners', ni tampoco existía una conciencia en la administración sobre las ventajas de estar en la vanguardia tecnológica.

Entonces, ¿qué decidió la llegada a Boecillo del centro?

El empeño de la Comunidad, los apoyos que tuvimos por parte de las instituciones y el compromiso histórico de la compañía con Castilla y León. Entonces estábamos en una etapa de expansión, en el año 2000, época de reinvención de la empresa en materia de datos e internet. De hecho fue el primer centro de estas características abierto fuera de Madrid.

¿Qué logros se apunta el centro I+D en estos años?

Hemos colaborado en muchos proyectos. Recuerdo por su impacto posterior Imagenio, la plataforma de televisión de la compañía, en la que el centro tuvo una participación importante. Fue todo un éxito y ha evolucionado hasta convertir a la empresa en una operadora de televisión. Otro proyecto importante fueron los trabajos por llevar las TIC al hogar, más allá del 'router'. Esto nos permitió tener un 'know-how' para trabajar en el internet de las cosas (conexión de dispositivos a la red), que tiene por delante un crecimiento brutal. También fuimos pioneros en la 'cloud' (nube), lo que ha permitido a Telefónica tener ahora una gran oferta.

¿Que retos se marca para la nueva etapa que se abre tras alcanzar su 'adolescencia'?

Trabajamos en proyectos punteros como el internet de las cosas, el nuevo terminal Firefox y su sistema operativo de movilidad, en todo lo que tiene que ver con las Smart City -Valladolid, Palencia, Barcelona, Málaga, Sabadell- y con Movistar TV. En Reino Unido tenemos el proyecto de Telegestión y Telemedida para poner 50 millones de líneas en los hogares, con el objetivo de crear un sistema que optimice la gestión energética. También está siendo un éxito el 'Pago como conducto', que se basa en instalar un sistema de telecontrol a los clientes para que las aseguradoras puedan adaptar la póliza a la forma de conducir. Otro proyecto es el 'Tu Go', que lleva el teléfono a la nube, convirtiéndolo en una aplicación. De esta forma se puede descargar en cualquier dispositivo y utilizarlo por ejemplo sin se agota la batería. Ya está teniendo mucho éxito en Inglaterra.

¿La crisis se ha comido al ecosistema de 'patners' de Telefónica en Castilla y León?

Han tenido merma en su volumen de negocio, pero siguen trabajando con nosotros y algunos con crecimientos. Les ayudamos, pero si están es porque hay negocio. Está formado por unas 20 empresas, un grupo heterogéneo, formado por compañías de gran tamaño, que se han convertido en socios, y por otros proveedores más pequeños. La mayoría están en el Parque de Boecillo, pero otras tienen la sede en Valladolid capital por temas de costes y en otros parques, como el de Salamanca.

¿Cómo ve el modelo productivo de Castilla y León?

Castilla y León se ha subido al tren de la innovación y se esfuerza por no bajarse. No nos estamos quedando atrás. El esfuerzo que hace la Junta es considerable, estamos por encima de la media en el gasto en I+D+i, ha impulsado los 'clusters', los programas de innovación y las ayudas para estar alineados con los proyectos europeos. También son destacables los esfuerzos de las universidades, con los parques científicos y de las empresas. Tenemos una idea preconcebida de lo que somos, que nos remonta a la Edad Media, con una imagen agrícola, pero no estamos tan mal, estamos bastante bien a pesar del momento actual.

¿Es compatible un escenario de crisis y el 'salto' tecnológico de un mercado que exige inversiones continuas?

Nuestra compañía ha hecho en los últimos dos años más esfuerzos que nunca en esta materia, superando los 1.000 millones de inversión. Estamos en un mundo digital que se mueve muy deprisa, en el que la competencia es brutal y que exige estar al día. La tecnología ya no es solo una palanca que favorece la competitividad, sino que sin ella mueres. Pocas empresas pueden vivir de espaldas a la tecnología, la cuestión está en buscar el equilibrio entre la inversión y los rendimientos, con crisis y sin crisis.

¿Las universidades están dando el giro hacia la empresa?

Si. Se lo han tomado tan a pecho que todas las universidades tienen una oficina de transferencia tecnológica. Sin embargo, yo no veo lógico que la Universidad de Valladolid tenga 100 plazas de Informática y 80 de Telecomunicaciones y haya 400 de maestros. Formamos más arquitectos que informáticos. Los mejores recursos deberían ir a los campos con más demanda, como las TIC. Cualquier empresa precisa de tecnólogos, que tienen una tasa de paro más baja que el resto de los universitarios. Habría que adaptar más la oferta de titulados a la demanda de las empresas.

¿La incipiente recuperación anima ya a compañías como Telefónica a demandar más profesionales?

Siempre la ha habido. Una empresa como la nuestra siempre necesita talento, profesionales muy cualificados, muy buenos y con una actitud innovadora. De estos siempre ha habido demanda y siempre la habrá. Telefónica está buscando continuamente este tipo de recursos que es lo que le da la ventaja competitiva. Nosotros acogemos becarios de los últimos cursos y titulados, sacamos becas de diferente tipo y tenemos otros programas para estudiantes de Bachiller y de primeros cursos, y para emprendedores.

La Comunidad se enganchará este año a las redes del futuro, ultrarrápidas. ¿Estas nuevas autopistas darán un vuelco a nuestra experiencia en la red?

Ya están en la calle. Hay servicios de fibra que llegan al hogar y se están extendiendo para llegar cada vez a más sectores, porque permite conexiones de 100 megas y posibilidades enormes. La experiencia con un teléfono 4G no tiene comparación con el 3G. Su desarrollo es más rápido que los anteriores sistemas por la demanda de más servicios y de más calidad. Además son necesarias para el video y la 'nube', que va a revolucionar el paradigma de las tecnologías.

¿Es posible estar al día en las tecnologías? ¿Son demandas ciudadanas o necesidades impuestas?

Tienes que tener claro como evoluciona el entorno, conocer los cambios pero mantener un ojo dentro para continuar con unas líneas y abandonar otras. El proceso de innovación se sustenta en tres ejes: la tecnología, que se consigue a base de talento y conocimiento; el negocio, es decir, que los proyectos sean viables; y el cliente. La unión de los tres polos es donde se producen los proyectos. Tenemos una metodología basada en el contacto con los clientes para detectar necesidades, depurarlas, contrastar ideas, diseños y probar maquetas. Por ejemplo, los 'smartphone' no han sido una necesidad impuesta, nadie se separa más de un metro de ellos durante las 24 horas del día. En la India hay ya más teléfonos inteligentes que personas con agua potable en casa.

Por tanto, estamos ante un nuevo mundo digital de servicios basados en la comunicación.

Los ordenadores ya no se conciben sin comunicaciones. Se ha producido una explosión de necesidades y de modelos de negocios, por ejemplo Twitter tiene 500 millones de usuarios y Facebook, 1.000 millones, también las consolas están conectadas a internet. La televisión o los servicios de radio cada vez reciben más servicios y funcionalidades de la red. No hay vuelta atrás.

¿Debemos tener miedo a ser dependientes de aparatos que controlen nuestra vida?

A medida que nos hacemos mayores perdemos la curiosidad, pero no debemos tener ningún miedo. Quizás deberíamos hacer campañas para que ningún colectivo se quedara excluido, no sólo los mayores, sino también grupos menos favorecidos económicamente. En Castilla y León se están haciendo esfuerzos en este sentido, y por eso el 71,7 por ciento de los ciudadanos ya navega en internet.

Algunos usuarios de 'smartphone' o 'tablets' no entienden que estos dispositivos ofrezcan múltiples posibilidades y fallen en algo básico como la duración de las baterías.

Las baterías han avanzado muchísimos, pero somos incansables. Cuando más dura la pila, más queremos de ella. Las baterias no son un problema, han avanzado terriblemente. Hay que tener cierta disciplina, como llevar un cargador en el coche, regular la luz de la pantalla, desactivar los canales que no se utilizan y desintalar las aplicaciones mal desarrolladas.

¿Cómo se imagina un ingeniero en telecomunicaciones el mundo en 2020?

Es difícil predecir los cambios por la velocidad con que se suceden. En una década habrá penetrado más el internet de las cosas, llegará a más capas de la población y estará todo conectado con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las personas. También se habrá desplazado a los mercados asiáticos el peso de la economía y se habrá basculado el catálogo de servicios hacia la dependencia, la atención a determinados colectivos, la energía y el medio ambiente.