Soñando con repetir y con repartir. Este es el día a día de los loteros de la Administración de Lotería número 22 de Valladolid desde que el pasado mes de julio recibieron los primeros billetes para el Sorteo Extraordinario de Navidad del 22 de diciembre de 2014. Una fecha emblemática a la par que talismán para ellos, porque ese mismo día del año 1984 repartieron algo más de 11.500 millones de pesetas en lo que fue un premio muy repartido por la capital y provincia pero que incluso llegó a otros puntos de la geografía nacional. Y, a la víspera del tradicional sorteo, los vendedores que están detrás de la ventanilla de la administración se confían a la suerte con los mismos nervios que sus compañeros tuvieron hace tres décadas. «Ya vuelve a tocar que nos toque otra vez», comentan.

Miguel Ángel Benavides es el encargado de este establecimiento con múltiples peculiaridades:por localización, por ubicación y por suerte. Por localización porque está en la calle más céntrica y transitada de la ciudad, en el número 22 de la calle Santiago; por ubicación porque este negocio ocupa la sacristía de la antigua Iglesia del Convento de las Comendadoras de Santa Cruz, actual Sala de Exposiciones de Las Francesas; y por suerte porque es la única administración de lotería que ha repartido en Valladolid un Primer Premio de Navidad con el número 50.076 que, se da la paradoja, desde entonces no lo distribuyen pero que se vende en ventanilla, por ejemplo, en una de las administraciones con más ventas de décimos en España, en Doña Manolita. Así, con estos antecedentes, el lotero explica que los nervios a cuatro días del sorteo con más adeptos del año «se traducen en ilusión y esperanza para mucha gente, para los más jugadores y los más necesitados, que de todo hay».

Yes que estar en la calle más concurrida les permite repartir la suerte aquí y allí, entre los naturales pero también entre los miles de turistas que vienen y se llevan un pellizco de ilusión salido de la administración con más suerte en el Sorteo de Navidad. O al menos hace tres décadas, si bien con el paso de los años han seguido repartiendo algún premio. Por lo pronto, este establecimiento es uno de los que más vende de la capital vallisoletana junto con la Administración de Lotería número 7 -conocida como ‘La 7 de la suerte’- que desde hace seis meses ha cambiado los soportales de la Plaza Mayor por la calleLencería. Cada una vende unos 50.000 décimos para el sorteo, respectivamente, tal y como revela su dueño, Curro Santos, quien está al frente de este despacho que abrió su abuela en el año 1960 y en el cual también ha repartido muchos premios, también alguno de Navidad, aunque no ‘El Gordo’.

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Ambos, asimismo, se reconocen buenos jugadores de Lotería Nacional pero en especial de este Sorteo de Navidad, hasta el punto de que uno juega treinta décimos.