Ángela Bachiller: «La sociedad debe creer en las personas con discapacidad porque somos capaces»

R. TRAVESÍ / VALLADOLID
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La concejala del Ayuntamiento de la capital, la primera edil en España con síndrome de Down, asegura que su presencia en la política debe servir para hacer visible al colectivo y ayudar a su normalización

Ángela Bachiller. - Foto: EDUARDO MARGARETO (ICAL)

Valores como el esfuerzo y el trabajo siempre han estado muy presentes en la vida de Ángela Bachiller (Valladolid, 1983). Su discapacidad intelectual nunca ha sido un freno porque ha paliado esa limitación con mucho tesón, el apoyo de su familia y una educación, que a la postre han sido claves para convertirse en la primera concejal de España con síndrome de Down. Confiesa que cada paso que da está muy meditado, como cuando decidió entrar en la vida política en julio de este año, después de la dimisión de Jesús García Galván. Es un ejemplo de superación y su lucha por lograr la normalización de las personas con discapacidad le ha hecho merecedora del Premio Ical al Compromiso Humano por la provincia de Valladolid. 
 
¿Cómo fue su infancia? ¿Qué recuerdos tiene de su vida y de las decisiones que le han llevado a ser lo que es ahora?
 
Guardo muchos recuerdos junto a mi hermana Lara de cuando íbamos al cine o a esquiar. Pero también recuerdo los viajes que he hecho con mis padres a Francia, Italia, Holanda y Alemania. Puedo presumir de conservar muy buenos amigos de la época del colegio. Recuerdo que tenía que esforzarme más que el resto, pero al lograr esa meta me sentía feliz e independiente.
 
¿Cuánto le ha ayudado la educación?
 
Es una cosa que valoro mucho porque siempre he considerado que la educación es fundamental. Siempre he tratado de estudiar mucho para aprobar las asignaturas. Acudí cuando tenía solo un año a un colegio normal como el Edelweiss-El Soto hasta que terminé mis estudios de Secundaria. Luego fui al Instituto Arca Real para cursar Administrativo, que supuso un gran cambio, pero siempre me sentí integrada con mis compañeros y profesores, que me ayudaron con clases de apoyo. Nunca me he sentido discriminada y era una más. 
 
¿Fueron duros esos años en el instituto?
 
Fue un gran esfuerzo porque me obligó a muchas horas de estudio, en especial con las asignaturas que me costaban más como finanzas y contabilidad. 
 
¿Qué han significado para usted sus padres?
 
(Risas). Mis padres me lo han dado todo y han tratado de que llevara una vida lo más normalizada posible, pese a mi discapacidad. Fueron ellos los que me animaron a ir a clases de piano, inglés y logopedia de cara a ser autosuficiente. Mi madre es una persona que siempre está a mi lado.
 
 ¿Qué consejo ha valorado más de ellos?
 
Mis padres siempre han hecho hincapié en que fuera una persona educada, responsable, prudente y trabajadora.
 
¿Se considera una luchadora?
 
Por supuesto. Siempre he trabajado duro para llegar hasta aquí.
 
¿Echa mucho de menos su trabajo en el Ayuntamiento de Valladolid?
 
Echo mucho de menos ese empleo porque he disfrutado mucho, pero también me ha enseñado a tener responsabilidad, a esforzarme y a ser independiente. Gracias a ese puesto de auxiliar administrativo, todos los días aprendía algo nuevo. En cuanto puedo, hago una visita a mis excompañeros porque también se acuerdan mucho de mí.
 
¿De dónde saca fuerzas para ser tan activa?
 
La gente que me conoce dice que soy incansable porque no paro. Siempre he sido muy activa, desde pequeña.
 
¿Qué le llevó a decir sí a la política?
 
El alcalde, que conocía de mi etapa como trabajadora del Ayuntamiento, me propuso ir en las listas electorales del Partido Popular en 2011. Fue una decisión consensuada con mis padres y difícil de tomar, pero pensaba que era importante que las personas con discapacidad fuesen visibles. Y creo que es algo que he conseguido desde que tomé posesión como concejal.
 
¿Qué recuerdo guarda del día de su toma de posesión en el Salón de Plenos?
 
Estaba muy emocionada y muy feliz. La verdad es que estuve más nerviosa los días antes de la posesión, cuando hubo tanta presión mediática. La gente que me ayudó en el Ayuntamiento me advirtió de que no me asustara ese día con la presencia de muchos periodistas y televisiones de todo el mundo.
 
¿Cómo ve el mundo de la política, ahora que está dentro? ¿Hay razones para que sea tan criticada?
 
Veo el mundo de la política nacional revuelto (Risas). Pero el día a día en el Ayuntamiento de Valladolid es más tranquilo. Es verdad que hay momentos aburridos como los plenos y las comisiones, pero tenemos que estar ahí como representantes de los ciudadanos. 
 
¿Es consciente de que es un referente para las personas con discapacidad de España?
 
Un poco. Mis compañeros de la Asociación Síndrome de Down de Valladolid están contentos y orgullosos por haber sido elegida la primera concejal de España con esta discapacidad. 
 
¿Le han pedido algo especial?
 
Siempre hemos reivindicado que somos personas normales que podemos tener una vida normal, dentro de nuestras limitaciones. Tenemos criterio para tener derecho al sufragio, aunque hay personas con discapacidad psíquica que no pueden votar. Yo he votado desde que tengo 18 años. Además, las personas de la asociación me comentan que debo aprovechar mi puesto para hablar de los problemas que tienen los discapacitados. Me insisten en que les tengo que hacer visibles.
 
¿Qué mensaje daría a todas esas personas que luchan por la normalización en la sociedad?
 
¿Qué les diría? En primer lugar, que se esfuercen y que luchen. Es lo que he hecho yo para llegar donde he llegado.
 
¿Qué es lo más importante para lograr esa integración plena de las personas con discapacidad?
 
Hay muchas cosas pero, sobre todo, queremos que la sociedad nos trate como personas normales. Pido a la sociedad que nos crea porque somos capaces. Cuando me planteo una cosa, la hago y demuestro que soy capaz.
 
Su caso, al igual que el del actor Pablo Pineda, es un espejo en el que se miran las personas Down. ¿Es consciente?
 
No conozco a Pablo pero siempre he dicho que es una persona inteligente, que ha permitido una mayor integración de los discapacitados.
 
¿Cree que hay suficientes medios para las personas con discapacidad o se requiere de un mayor esfuerzo?
 
Creo que la sociedad, en general, debe esforzarse más.
 
¿Por qué es tan difícil superar las barreras mentales de la sociedad con las personas con discapacidad?
 
La gente nos siguen viendo distintos y nos quieren apartar de la sociedad. Es cierto que cada vez hay menos barreras mentales, pero queda camino por recorrer.
 
¿De qué se siente más orgullosa en los cinco meses que lleva de concejal en el Ayuntamiento de Valladolid?
 
De ser una más entre el resto de concejales. Además, este tiempo me ha servido para estar orgullosa de mi ciudad. La gente me da la enhorabuena por la calle y me da mucho ánimo. Eso hace que les tenga en el corazón. 
 
¿Ha cambiado mucho su vida o su agenda le permite mantener sus aficiones?
 
La política me ha cambiado un poco la vida. La verdad es que dispongo de poco tiempo libre porque los concejales tenemos que acudir a muchos actos.
 
¿Qué momento le ha emocionado más desde julio hasta ahora?
 
Guardo un especial recuerdo de mi participación en la Convención Nacional de Nuevas Generaciones del PP, que tuvo lugar en Madrid, donde participé en una mesa redonda de jóvenes con inquietudes sociales. Ante 500 personas, expuse mi trayectoria personal en un ‘PowerPoint’ y recibí el aplauso de todas ellas. Además, he tenido la oportunidad de conocer al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y a la reina Sofía.
 
¿Y cómo ve a los jóvenes de su generación?
 
Les veo educados y creo que se esfuerzan por salir adelante. No creo que sean unos pasotas porque son personas comprometidas.