Los ángeles de Yeray

I.A.
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Tres agentes de la Policía de Valladolid salvan a un bebé de un año que entró en parada respiratoria debido a un proceso febril · El niño se recupera ya en casa después de permanecer en observación en el Hospital Clínico

Los ángeles de Yeray: Gustavo, Borja y Juanjo. Los tres son agentes de la Policía Local y el lunes salvaron la vida de este pequeño de un año que entró en parada respiratoria en la tarde del lunes debido a una crisis febril. Su rápida actuación, experiencia y rapidez permitió que el niño esté ya en casa después de que le dieran el alta en el Hospital Clínico donde fue trasladado.
 
Todo sucedió de forma rápida.  La madre venía de participar en la Romería de Nuestra Señora del Carmen de Extramuros cuando se dio cuenta de que algo no iba bien. Su hijo había dejado de respirar, por lo que paró su vehículo en las inmediaciones del puente de Santa Teresa, muy cerca del parque Ribera de Castilla, y pidió ayuda. El primero en llegar fue Gustavo, agente de la Policía Local. «Iba circulando por el parque cuando me requirió un señor porque había un niño al que le pasaba algo. Me acerqué rápido, vi que había un remolino de gente y a una chica joven llorando con un niño en brazos, morado, que no respiraba. Lo cogí, lo puse de lado encima del capó de un coche, en una postura más segura, y le di un pequeño masaje en el pecho. Como estaba solo llamé a mis compañeros para que me echaran una mano», relataba el agente. Un minuto después, se presentaban Borja y Juanjo, que junto con Gustavo, forman parte de la patrulla Romeo 8 del distrito de La Rondilla. Fue entonces cuando entró en acción Juanjo, «con experiencia en estos casos», según apuntaban al alimón sus dos compañeros.
 
«Le recogí del capó del coche y comprobamos que no tenía ningún objeto extraño en la boca. Le pusimos boca abajo, le dimos unas palmaditas suaves y un poco de masaje, le comprobamos las vías aéreas y como vimos que respiraba con mucha dificultad y tenías los ojos vueltos decidimos que había que trasladarle de forma urgente al hospital sin esperar a la ambulancia y más cuando la madre nos comenta que tenía un proceso de fiebre, como pudimos comprobar. Cuando pasa eso la parada respiratoria puede pasar a ser cardíaca, así que nos fuimos rápido al Hospital Clínico», recordaba Juanjo. «Por el trayecto le seguimos dando masaje en el pecho y una insuflación boca-nariz, comenzó a reaccionar y ya llegamos al hospital y allí le atendieron rápidamente los médicos que hicieron un gran trabajo  sacándole de la situación de parada en la que había entrado», continuó el agente de la Policía Local.
 
 Una rápida actuación que fue clave para que luego en el Hospital Clínico pudieran salvar al niño que, una vez que fue estabilizado y después de pasar unas horas en observación, fue dado de alta. «Hemos estado esta tarde -por ayer- en su casa para ver cómo estaba y se encontraba perfectamente. Es increíble como se recuperan los niños de un día para otro», puntualizaba Juanjo.
 
Los tres agentes llevaron a cabo el protocolo establecido en estos casos y contaron, además, con la ayuda del 112. «Hacemos cursos de reciclaje sobre primeros auxilios todos los años para estar al día y saber reaccionar cuando se producen situaciones como éstas», reconocía Borja. «No somos médicos, pero por los síntomas sí te haces una idea de lo que puede tener y por eso decidimos no esperar a la ambulancia, que es lo que se suele hacer en estos casos, porque podía derivar en una parada cardiaca del bebé. Así que en cuanto me miró el compañero nos metimos en el coche y en un par de minutos estábamos en el Hospital», continuó. «Este tipo de actuaciones va en el trabajo, no te da tiempo a ponerte nervioso porque no piensas. Llegas, valoras y actúas. Son cuestión de segundos y lo que aprendes en esas formaciones es lo que intentas hacer», señaló.
 
Patrulla con historia. Borja y Gustavo han tenido dos días muy movidos. Poco después de esta actuación tuvieron que recoger a una patinadora que se había caído y presentaba una probable fractura en la pierna. Además, ayer también tuvieron que socorrer a una señora mayor que le dio un golpe de calor de calor cuando iba en el autobús a la altura de Prado de la Magdalena. Por si esto fuera poco, hace un año, los dos agentes también asistieron en un piso de las delicias a una madre que dio a luz a un niño en casa. 
Un historial plagado de guiños a la vida y de entrega al servicio del ciudadano.