Los resultados electorales del pasado domingo han removido algo dentro del PP. La prueba evidente es que el presidente, Mariano Rajoy, compareció ayer en la sala de prensa de la sede popular de la calle Génova por primera vez en tres años. En este entorno, el presidente afirmó tras el Comité Ejecutivo Nacional que está «absolutamente convencido de que los españoles en las próximas generales van a reconocer el esfuerzo» que ha hecho su partido y su Ejecutivo para sacar a España de la crisis. No explicó de dónde viene ese convencimiento, ni cómo piensa corregir el rumbo. Es más, ratificó que no tiene pensado hacer cambios en el Gobierno y tampoco en el PP porque, explicó, «no me parece que el problema venga de cambiar o dejar de cambiar; no tengo intención».
En esa misma línea argumental de no introducir cambios, apostilló que aspira a ser el candidato a las elecciones generales porque está «muy cómodo y tranquilo». A las dos preguntas que le realizaron al respecto, ¿cree que usted es el mejor candidato del PP? y ¿cree que en el PP opinan lo mismo?, contestó con un escueto: «Creo que sí». Ni más, ni menos.
Lo que reconoció Rajoy fueron los malos resultados del domingo. «No me voy a refugiar en que hemos sido el partido más votado, aspiramos a mucho más», afirmó. No obstante, señaló que si bien «no está satisfecho», su partido ha logrado una «victoria incuestionable» en las elecciones autonómicas y municipales y «sigue siendo la primera fuerza política nacional».
Según dijo, aunque los resultados deben ser analizados de forma «detallada y minuciosa», la pérdida de votos debía achacarse a varios factores hizo hincapié en la necesidad de «comunicar más y mejor» y ser «más próximos». En este sentido, apuntó que en los momentos de crisis tan duras como la que ha atravesado España, «los Gobiernos sufren» debido a las medidas impopulares que deben adoptar. La receta, dijo, para dar la vuelta a la situación no ha cambiado y pasa por lograr que la creación de empleo y la recuperación lleguen «a todos». Además, reconoció, de pasada, que le han «influido» los casos de corrupción «que han salido a la luz en estas últimas fechas aunque vinieran de tiempo atrás».
Acuerdos. Además, ayer Rajoy fijó los principios generales que deben regir los pactos a los que están abocados numerosos ayuntamientos y regiones, aunque advirtió de que aún no ha hablado «con nadie». A su juicio, se debe dejar gobernar a la lista más votada porque eso es lo que quiere «la mayoría de los españoles». «Soy partidario de la lista más votada», aseguró tras recordar que hace un año sugirió una reforma de la ley electoral en este sentido, si bien aparcó el proyecto porque no había consenso suficiente.
Cualquier acuerdo que alcance el PP con otro partido, explicó, deberá regirse por tres principios: transparencia, lograr un Gobierno estable y que las medidas que se acuerden vayan encaminadas a reducir el déficit, crear empleo y conseguir crecimiento económico.