Lambás considera que el proyecto tiene "poco sentido común" dado que junto con la construcción de residencias de mayores, clínicas, hoteles y restaurantes, hasta sumar 26.000 plazas residenciales, se contempla ampliar el número de viviendas en 1.400, sin que esté "garantizado" el abastecimiento de agua y con el impacto que supondría para el municipio el incremento "fuertemente extensivo" de su trama urbana en ese sector, con un aumento de la superficie a urbanizar de 300 hectáreas."Nos parece una auténtica barbaridad", ha subrayado el titular de Urbanismo en declaraciones recogidas por Europa Press, para después sugerir que el empeño por aprobar un proyecto que duda que pueda llevarse a cabo responde a que en octubre vencería el plazo y los terrenos revertirían de urbanos a rústicos, con la consiguiente pérdida de valor de los mismos y el perjuicio económico para la empresa promotora, informa Europa Press