Arranca la era de los pactos políticos

AGENCIAS
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Coaliciones. Pedro Sánchez tiende su mano a Podemos y Ciudadanos para liderar el cambio

Los españoles castigaron el pasado domingo en las urnas al gobernante PP de Mariano Rajoy, tras cuatro años marcados por la crisis económica y las políticas de austeridad, y entregaron las llaves de la gobernabilidad a los partidos emergentes surgidos al calor del descontento ciudadano. Los populares ganaron las elecciones municipales y autonómicas, pero sufrieron un descalabro sin precedentes en las dos últimas décadas. Alejados de las mayorías absolutas, una coalición de formaciones de izquierda podría impedirles inaugurar nuevos mandatos. Así, parece que se abre en España la puerta a una nueva era política: la de los pactos.

Los resultados de los comicios dibujan un escenario inédito con instituciones más fragmentadas que nunca en las que los partidos tradicionales han perdido poder y los nuevos se han colado en el hueco abierto desplazando a otros más minoritarios. Por ello, candidatos y líderes políticos avanzaron ya en la noche electoral las líneas maestras que marcarán los próximos días, resumidas en tres palabras: pactos, acuerdos y estabilidad. «Somos muy conscientes de que la próxima legislatura será la del diálogo y la de los acuerdos», señaló públicamente el director de campaña del PP, Carlos Floriano. «Comienza un tiempo político distinto. Termina la era de las mayorías absolutas», proclamó el candidato del PSOE al Ayuntamiento de Madrid, Antonio Miguel Carmona.

Dos de las virtudes del sistema político español en los últimos 30 años fueron precisamente la estabilidad y la gobernabilidad, facilitadas por un modelo bipartidista sustentado en populares y socialistas, con gobiernos monocolor que se alternaron durante décadas en el Ejecutivo nacional. Ahora, todo apunta a que será necesario que las distintas fuerzas lleguen a acuerdos para ostentar el poder, por lo que tendrán que poner en práctica una política marcada por el diálogo, en un país acostumbrado a los ataques entre las fuerzas políticas y a la crispación institucional. Y será necesario hacerlo tanto en corporaciones municipales, donde las coaliciones de partidos podrían arrebatar el poder en los próximos días a las formaciones más votadas, como en los ejecutivos regionales, en los que el PP ha perdido la mayoría absoluta en buena parte de los que gobernaba.

De hecho, el partido conservador, que obtuvo el 27 por ciento de los votos en los comicios locales frente al 25 por ciento de los progresistas, ganó en nueve de las 13 regiones que celebraron elecciones, pero sin mayoría absoluta. Ni siquiera en los tradicionales bastiones de Madrid, Comunidad Valenciana o Castilla y León, donde los populares han gobernando ininterrumpidamente durante más de 20 años.

Esto demuestra que, si bien los partidos tradicionales volvieron a encabezar el recuento de votos, algo va a cambiar tras el 24 de mayo. Está por ver la repercusión que tendrá este nuevo panorama en las elecciones generales previstas a final del año: si el bipartidismo se refuerza en estos meses o si salta definitivamente por los aires.

Llamadas y ‘líneas rojas’. Pero mucho antes de llegar a las urnas para elegir al presidente del Gobierno se deberán formar los Ayuntamientos y los Parlamentos autonómicos. En este sentido, los líderes de las principales fuerzas políticas esbozaron ayer las líneas para llegar a futuros acuerdos, de los que podrían salir coaliciones inéditas hasta ahora, y los teléfonos parece que empezaron a sonar en las distintas sedes.

La llamada del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, parece que irá dirigida a su homólogo en Podemos, Pablo Iglesias, y al de Ciudadanos, Albert Rivera, con la intención de liderar el «cambio progresista hacia la izquierda que quiere la sociedad española», según explicó él mismo tras conocer los resultados electorales. Sin embargo, los partidos emergentes, que han capitalizado el descrédito de los ciudadanos respecto a las formaciones tradicionales y que han desplazado a otros como Izquierda Unida, hasta ahora tercera fuerza a nivel nacional, o el centrista UPyD, abocado casi a la desaparición, ponen condiciones y despliegan sus líneas rojas.

«Quien se quiera entender con nosotros tendrá que dar un giro de 180 grados», señaló el profesor universitario y eurodiputado, cuya formación ya impuso en Andalucía duras condiciones al PSOE para apoyar la investidura de su candidata, Susana Díaz, tras las elecciones celebradas el 22 de marzo, que aún sigue bloqueada.

Por su parte, el líder de Ciudadanos, que como tercera fuerza municipal podría facilitar la gobernabilidad del PP en ayuntamientos y regiones, recordó que no formará parte de Ejecutivos que no pueda encabezar. Exigió, además, el cumplimiento de un decálogo anticorrupción que incluye elecciones primarias en los partidos para elegir a sus candidatos, condición que Génova no cumple de momento. «Ahora llega el momento de la política con mayúscula. Se han acabado las mayorías absolutas prepotentes, se ha acabado de ignorar a la oposición», subrayó Rivera.