Aspaym ampliará su residencia para pacientes que hayan sufrido un ictus

R. Travesí (Ical)
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La construcción del nuevo módulo, que tiene un coste que ronda los 300.000 euros, podría finalizar si la asociación logra subvenciones con cargo a la asignación tributaria del IRPF

Asapym Castilla y León trabaja ya para ampliar su residencia en Valladolid con un nuevo módulo de siete habitaciones para acoger las estancias temporales de pacientes con ictus. La entidad, que cuenta con un primer proyecto, calcula que la construcción de este espacio en un piso superior supondrá un desembolso económico de unos 300.000 euros y el objetivo es que esté concluido antes de final de año. Todo dependerá de las subvenciones que la entidad recibirá con cargo a la asignación tributaria del IRPF.


El nuevo módulo, que supondrá la contratación de varios cuidadores, completará los servicios que actualmente se prestan en el centro de día y fisioterapia y en la residencia ubicada en el barrio de Covaresa, con 40 plazas para personas con una discapacidad física severa y grandes lesiones medulares, que actualmente cuenta con una importante lista de espera. Muchos de esos residentes, que proceden de toda la Comunidad, tienen una plaza concertada gracias a la Junta de Castilla y León.
La ampliación de la residencia para los enfermos de ictus vendrá a completar el trabajo que realiza Aspaym con el centro Ictia de Valladolid, en concreto en el Camino Viejo de Simancas. Unas instalaciones que ya prestan atención y rehabilitación, tanto física como cognitiva, a los enfermos que han sufrido un ictus. El director general de Aspaym Castilla y León, Julio Herrero, destacó la atención hospitalaria que reciben los enfermos de esta patología, con unidades específicas en cuatro provincias en la Comunidad (Valladolid, Salamanca, León y Burgos) que activan el llamado ‘Código Ictus’ ante la sospecha de un derrame cerebral.


Herrero explicó que el problema surge tras pasar la primera fase más aguda porque aparece la duda del lugar donde realizar la rehabilitación. «Lo habitual es que las personas acudan entre uno y dos meses al Hospital Benito Menni en Valladolid para una recuperación, pero nada más», precisó. Y eso que las secuelas son muy importantes y requieren un abordaje multidisciplinar que va desde la fisioterapia, logopedia y neuropsicología hasta la terapia ocupacional y la ortopedia. «Cuanta más inversión haya en los estados iniciales habrá menos gasto y secuelas en un futuro», consideró.


El director general de la entidad explicó que las «subvenciones son la lacra de las asociaciones» y defendió el cambio de modelo estratégico por el que Aspaym apostó hace dos años con la prestación de servicios. Hay proyectos específicos para la discapacidad física como la prevención, la rehabilitación y la investigación. Además, tratan de ser líderes en temas de accesibilidad para lograr una plena integración social. Pero también laboral, ya que las acciones de la asociación favorecieron la inserción laboral de 201 personas con discapacidad física, entre empresas ordinarias y centros especiales de empleo.


El gimnasio del centro del día de Aspaym es el mejor ejemplo del giro experimentado puesto que no es una dotación exclusiva para personas con discapacidad o lesiones de médula, ya que hasta un 25 por ciento de los 360 usuarios que pasan por el centro cada mes tiene otro tipo de lesiones o dolencias. «Los fisioterapeutas atienden dolores de espalda por malas posturas y a gente mayor con degeneración muscular porque el objetivo último es mejorar, gracias a la rehabilitación, la calidad de vida de las personas», sentenció.

 

De ahí, la reciente creación de la Unidad de Prevención en Discapacidad y Dependencia (Upredd) de Aspaym que atiende a todo de tipo de trastornos de la función músculo-esquelética como la artrosis, problemas circulatorios, osteoporosis, artritis, patologías de raquis y discales, entre otras. «Nuestro trabajo está centrado en la persona y no tanto en colectivos porque detectamos las necesidades y ofrecemos servicios para evitar futuras situaciones de discapacidad», afirmó Julio Herrero.


Aspaym comenzó a funcionar en los años 90 y, en la actualidad, tiene presencia en Valladolid, León (capital y Ponferrada), Ávila y Burgos, aunque el deseo del director general de la entidad es que en un futuro opere en todas las provincias y dar servicios a los cerca de 2.000 asociados.