Que el Real Valladolid está en una situación más que delicada, es algo que no se le escapa a nadie. Al finalizar el partido, los aficionados blanquivioletas ya dejaban deslizar que las sensaciones que ofrecía el equipo no habían cambiado  pese a la llegada de un nuevo entrenador, el tercero de esta temporada. Y muchos de ellos se temen lo peor: el descenso. 

 

El Real Valladolid sumó un punto en la prolongación ante el Lugo después de un partido plano, tanto a nivel táctico, como físico. Generalmente, cuando hay cambio en el banquillo, se presume un extra de motivación. El domingo no hubo ni eso. De hecho, la presión, la intensidad que había pedido Alberto López durante la semana a sus jugadores se quedó en eso, palabras y deseos. El mal menor fue que el equipo logró empatar, un resultado que hizo bueno el Zaragoza gracias a su empate en el Toralín, lo que provocó que la distancia entre el equipo blanquivioleta y el descenso no se viera reducido a seis puntos.

 

Eso no quiere decir que el equipo esté salvado. Ni mucho menos. Alberto López avisó de que, para respirar tranquilos, se necesitaría como mínimo 50 puntos. Pues bien, faltan cuatro y vista la imagen que ofreció el Real Valladolid ante el Lugo va a ser complicados conseguirlos, salvo cambio radical de juego y actitud.

Es verdad que por debajo del conjunto vallisoletano hay tres equipos todavía en peores condiciones. Huesca, Mallorca y Almería tienen el descenso a una derrota. Pero el Real Valladolid, con sus 46 puntos no puede vivir tranquilo. De hecho, si comprobamos la zona de corte en las últimas diez temporadas, los blanquivioleta hubieran descendido en ocho.

 

El año pasado, el Racing marcó la zona de corte y descendió con 44 puntos. En la temporada 2008/09 el Alavés lo hizo con 43. Son las únicas dos excepciones que encontramos en los últimos diez años, ya que en el resto se descendió con 46 puntos en tres ocasiones; en una con 47; en otra con 49 y en tres con 50 puntos.