La mujer es capaz de mantener el autoempleo en la provincia

R. GRIS
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En el último año, la cifra de nuevas empresarias ha crecido un 1,5% frente a la bajada del 0,9% de los hombres

Trabajo en la factoría de Montequesos. - Foto: J. Tajes

Parece que los negocios que emprenden las mujeres tienen mayor esperanza de vida y son más fiables que aquellos inaugurados por los hombres en la provincia. Al menos esa es la conclusión que se optiene del estudio elaborado por la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) de Castilla y León sobre la situación del mercado laboral de los emprendores desde el comienzo de la crisis. De esta forma, según revela el informe desde mayo de 2008 hasta diciembre de 2011 el número de negocios emprendidos por mujeres en la provincia no solo no bajó, sino que aumentó un 0,3 por ciento al pasar de los 11.982 a los 12.018. Por el contrario, en el caso de los hombres, sus empresas y pequeños negocios se vieron notablemente afectados por la situación económica al descender casi un 10 por ciento al pasar de los 28.794 a los 26.089.

Estas cifras animaron a la presidenta de la Asociación de Autónomos (ATA) Castilla y León, Soraya Mayo, a manifestar que resulta «fundamental» por parte de las administraciones «apostar por la incorporación de las castellanas y leonesas al empleo por cuenta propia». Estas cifras representan  que el desplome registrado dentro del tejido empresarial de la provincia por la crisis se ha reducido en parte por el empuje de las mujeres empresarias que han sabido defender sus negocios.

Es más, durante el último año se ha registrado en la provincia un fenómeno insólito, ya que los negocios abiertos por mujeres han crecido un 1,5 por ciento, mientras que los de hombres se han visto reducidos casi un uno por ciento. En plena crisis, las mujeres se han atrevido a abrir nuevos negocios y proyectos empresariales por su cuenta. «El informe es un claro reflejo de que los negocios iniciados por mujeres aguantan mejor las épocas difíciles. Pero queda patente que el tejido productivo de nuestra región sigue capitaneado por hombres al estar el peso de las autónomas aún muy por debajo del de los varones», apuntó Mayo.

Por otra parte, cabe señalar que la provincia de Valladolid representa un estímulo dentro de la formación de nuevas emprendedoras, ya que una de cada cuatro pequeñas y medianas empresarias de la Comunidad trabaja en Valladolid. Además, aunque todos los segmentos económicos de actividad tienen representación femenina en la provincia, sí es cierto que las nuevas empresas abiertas por mujeres se decantan en gran medida por el sector servicios. «El número de mujeres que deciden ser su propio jefe y darse de alta como autónomas lleva unos años en continuo crecimiento en Castilla y León. Es por ello, que desde el Gobierno regional tienen que potenciar y apoyar el autoempleo  porque todas las estadísticas apuntan a que se está asentando como una sólida y estable opción laboral para las mujeres de la región».   

Sin embargo y a pesar de estos datos, el mercado laboral de los autónomos, como ocurre con los trabajadores por cuenta ajena sigue dominado por los hombres. La tasa de empleo masculina en Castilla y León  es del 53,05% (52,18 a nivel nacional), porcentaje que supera ampliamente a la femenina (38,36% en Castilla y León, 40,58% a nivel nacional). Del análisis realizado por ATA se desprende, por tanto, que de cada 100 mujeres castellano y leonesas en edad de trabajar, solamente 38 lo hacen, número que aumenta hasta 53 en el caso de varones castellano y leoneses.

«Esta rápida radiografía del mercado laboral en Castilla y León, pone de manifiesto como la mujer sigue teniendo muy complicado el acceso al mercado de trabajo, con tasas de actividad y empleo aún muy por debajo de las masculinas», comentó Mayo.

Igualdad.  Para la presidenta de la Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias (Fedepe), Ana Bujaldón, hombres y mujeres están «igual de expuestos ante la crisis», aunque reconoce que las tasas de desempleo -23,32 por ciento de las mujeres frente al 22,46 por ciento de los hombres- evidencian que las primeras siguen siendo «más vulnerables».