Atenas rechaza más austeridad

Agencias
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Varoufakis anuncia que el Gobierno está dispuesto a cerrar un programa de reformas, pero se niega a adoptar nuevas medidas de ajuste, porque la cura «es peor» que la enfermedad

 
 
Quedan apenas unos días para que, según las previsiones del Gobierno griego, las arcas públicas del país mediterráneo se queden sin dinero. Por eso, es apremiante que el Ejecutivo de Alexis Tsipras y los acreedores cierren un pacto cuanto antes para que se desbloquee el último tramo del rescate heleno que devuelva la liquidez a la nación. 
En este contexto, el ministro de Finanzas heleno, Yanis Varoufakis, aseveró ayer que el Gabinete está dispuesto a acordar un programa de reformas con las instituciones. Eso sí, se negó a adoptar nuevas medidas de austeridad, ya que, según aseveró, en este caso la cura «es peor» que la enfermedad», tal y como «se ha demostrado durante cinco largos años».
«Nuestro Gobierno no puede y no lo hará», resaltó en relación a la implantación de nuevos ajustes.
Varoufakis remarcó que es una «falacia común» indicar que Atenas no quiere o no es capaz de implementar un plan de reformas económicas, razón por la que el Ejecutivo no llega a un acuerdo con la troika -la Comisión Europea (CE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo (BCE)-. Por el contrario, el político defendió que la realidad de las conversaciones que estos organismos es «muy diferente», ya que el Gabinete está dispuesto a implementar una agenda que incluye todas las modificaciones resaltadas por los think tanks europeos y, además, es el «único capaz de mantener el apoyo de los ciudadanos a un sólido programa financiero».
En este sentido, el ministro subrayó que lo que está fallando en el proceso de diálogo es la insistencia de los acreedores en una mayor austeridad, tanto este año como los posteriores, un enfoque que, en su opinión, impediría la recuperación, obstruiría el crecimiento, empeoraría el ciclo deflacionario y, en última instancia, erosionaría la voluntad y la capacidad de los griegos para hacer las reformas que el país «tan desesperadamente necesita».
Así, resaltó que la reiteración de las autoridades en la implantación de más ajustes es «sutil, pero firme», como demuestra su exigencia de mantener un superávit primario «insostenible», para lo que debe incrementar la recaudación por IVA, recortar las pensiones y compensar los menores ingresos por privatizaciones. 
Asimismo, afirmó que la opinión de que Grecia no ha llevado a cabo una suficiente consolidación fiscal «no solo es falsa, sino que es evidentemente absurda». A este respecto, recordó la evolución de naciones donde la austeridad ha sido al menos la mitad que la de Grecia, como España, Portugal, Irlanda o Chipre.  «El principal punto de conflicto, lo único que evita el acuerdo, es la insistencia de los acreedores en más austeridad, incluso a expensas de la agenda de reformas que nuestro Gobierno está dispuesto a adoptar», incidió.