El Gobierno diseña «a la carrera» el plan del Duero, que prevé 3.800 millones de inversión en trece años

Javier D. Bagaza
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La mayor parte irá destinada al cumplimiento de los objetivos ambientales y la construcción de infraestructuras para adaptarse a las exigencias de la UE antes de que acabe 2015

Obras de la segunda fase del Canal Bajo de Los Payuelos, en Castrotierra de Valmadrigal (León), incluídas en el plan de la cuenca del Duero. - Foto: Ical

«A la carrera» han tenido que hacer en el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente los planes de cuenca que estaban lastrados desde el año 2009, entre ellos el del Duero. «Estábamos en el descuento» advirtió esta semana el secretario de Estado de Medio Ambiente en el Congreso de los diputados, donde acudió a explicar en comisión el estado de los planes de cuenca del país.
 
Allí, Federico Ramos avanzó que el Plan hidrológico de la cuenca del Duero viene dotado con una inversión prevista de más de 3.800 millones de euros hasta 2027. De ellos, más de 1.800 irán destinados al cumplimiento de los objetivos ambientales, mediante actuaciones de saneamiento y depuración de las aguas residuales urbanas. El segundo bloque, con otros 1.800 millones, se destinará a la satisfacción de las demandas con acciones orientadas a la construcción de nuevas infraestructuras y mejora de la atención de los regadíos. En tercer lugar se han previsto más de 120 millones para la mejora del conocimiento y la gobernanza de la confederación y, finalmente, para medidas de mitigación de los fenómenos extremos, otros 10 millones.
 
Estas actuaciones pretenden adaptar el plan al marco normativo que impone la Unión Europea para 2015, con lo que el plan «posibilitará el aprovechamiento del recurso adoptando unas eficiencias adecuadas a cada uso. Además consigue incrementar el logro de los objetivos ambientales desde un actual 26,7% del número total de masas de agua (661 en toda la cuenca del Duero) hasta un 45,2% en 2015, 46,9% en 2021, y 91,2% en 2027, dejando tan solo un 8,8% por ciento en las masas de agua en las que el plan adopta objetivos menos rigurosos».
 
Según informó Ramos, el plan hidrológico fue aprobado por Real Decreto en junio de 2013 «aunque debería haber sido aprobado en 2009». «El gobierno anterior tuvo la oportunidad de hacerlo en el verano de 2011, pero parece que no hubo voluntad para ello», manifestó durante la comparecencia en la que informó de «ventajas» con respecto al plan anterior, de 1998, como la incorporación de los caudales ecológicos mínimos. Así, «atendiendo a este restricción el plan asigna 3.925 hectómetros cúbicos al año para garantizar el suministro en 161 unidades de demanda urbanas, 329 agrarias y 33 industriales localizadas en los 13 sistemas de explotación en los que funcionalmente se divide la cuenca», expuso el responsable estatal con lo que «se asegura el aprovechamiento sostenible de recursos para abastecer a dos millones de habitantes, regar 568.000 hectáreas y generar unos 7.300 gigavatios año de energía eléctrica».
 
El secretario de Estado informó además de las principales actuaciones que se han llevado a cabo en la cuenca del Duero desde principios de 2012, fecha en que tomaron los mandos de la política hidrológica nacional.
 
De este modo se han adjudicado obras por 69,4 millones de euros que han sido licitadas al final por 45 millones, según matizó. Entre esas obras, Federico Ramos destacó la mejora de las instalaciones actuales y la eliminación de nutrientes de las estaciones de depuración de aguas residuales (EDAR) de Guijuelo en Salamanca, la de Valladolid o la de Palencia. Además mencionó el proyecto de recuperación de la depuración de La Bañeza en León, las medidas correctoras en el vertido de Villalba de Duero en Burgos, el tratamiento de las riberas del Pisuerga en Valladolid, las obras de terminación del canal bajo de Payuelos y las depuradoras de Burgos y Segovia.
 
También se han tramitado obras de emergencia a través de la Dirección General del Agua por  importe superior a los 7,1 millones de euros, como la eliminación de conexiones superficiales por las redes de saneamiento y conexión de vertidos en el Alto Órbigo y obras de emergencia para restaurar los cauces dañados por las avenidas en las riberas del Duero principalmente.