El Rectorado de la Universidad de Valladolid tiene dueño. Un vuelco electoral respecto a la primera vuelta gracias a los votos de los doctores y los estudiantes. Daniel Miguel relega a Marcos Sacristán al frente de la institución académica y será su máximo responsable durante los próximos cuatro años. La diferencia de votos entre los dos candidatos motivó que estuvieran todas las mesas escrutadas a las ocho y media de la tarde. La duda fue puntual pero rápidamente se solventó: el catedrático de Química Inorgánica obtuvo la mayoría con el 54,28%de los votos frente al 45,72% del catedrático de Derecho Mercantil.
La baja participación pudo beneficiar o perjudicar a uno y a otro. Según se mire. Precisamente, la elevada abstención fue la principal preocupación de los candidatos en esta segunda vuelta y es que sobre un total de 28.809 profesores, estudiantes y personal administrativo y de servicios, sólo acudieron ayer a votar 5.867 personas, lo que significó un índice de participación del 20,37%. Desglosados estos datos, la participación más alta de entre todos los miembros de la comunidad universitaria fue de los estudiante y los doctores con un 59,72% y un 14,04%, si bien el personal de administración y servicios fue el que más se movilizó (81,22%).
Conocidos los resultados, las caras de sorpresa eran de unos y de otros en todos los sentidos: el equipo de Marcos Sacristán se mostró ante la prensa abatido, con rostros de desánimo, con aspecto de circunstancia y el equipo de Miguel aparecía feliz, eufórico y con ganas de ponerse a trabajar cuanto antes. En este sentido, el elegido Daniel Miguel manifestó su confianza de hacer la transición con «orden y eficacia», tras lo que anunció que se pondrá a trabajar «inmediatamente». Una celeridad que viene motivada, tal y como declaró anoche, por la situación del profesorado hasta el punto de que lo calificó como el problema «más acuciante» con vistas al nuevo curso. «Hay que hacer muchos ajustes», dijo Miguel San José, una propuesta en la línea de las que hizo saber durante su campaña electora al Rectorado.
Marcos Sacristán comparece con su equipo en rueda de prensa. - Foto: J.Tajes
Pero antes de anunciar esta primera medida con la que quiere estrenarse en su nuevo cargo, el rector electo agradeció a toda la comunidad universitaria por su participación en general y a todos los que le han dado su voto en particular. «Se ha confirmado que la Universidad de Valladolid quería un cambio», dijo Daniel Miguel al inicio de su rueda de prensa, al agradecer también a los integrantes de su candidatura «abierta, trasparente, dinámica y de calidad».
«Hemos representado una candidatura de función integradora y ha sido el mensaje que los votantes han acogido», incidió el nuevo rector, mientras que remarcaba que «si en este tiempo de campaña hemos trabajado mucho, ahora hay que trabajar mucho más», al tiempo que dijo querer contar «con todo aquel que tenga proyectos, razonables e integradores».
En este sentido cabe destacar que Daniel Miguel San José consiguió ganar gracias al voto de los estudiantes, principalmente de primer y segundo ciclo, aunque también de los de tercer ciclo, además de los Funcionarios Doctores de los Cuerpos Docentes. Un cambio radical de las cifras de la primera vuelta celebrada hace dos semanas. Así, el Presidente de la Junta Electoral anunciaba anoche que el rector en ejercicio sumó 2.519,76 votos ponderados, mientras que la candidatura del nuevo rector universitario consiguió 2.991,24.
En la otra cara de la moneda, Marcos Sacristán y su equipo, que quien talante muy serio charló anoche breves minutos con los medios de comunicación para dar ña enhorabuena al nuevo rector «por su éxito», el mismo «éxito» que le deseó en su gestión «porque el éxito será para la institución». Así, agradeció a todo su equipo de campaña y de trabajo de los últimos años, aún no pudiendo revalidar el rectorado otro mandato más como era su intención. Además, tildó su periodo de trabajo de «leal, honrado y pensando en primer lugar en el interés común de la Universidad de Valladolid». «Ahora, volverá a mi puesto», concluyó Sacristán.