Un brutal terremoto sacude Nepal y provoca más de 1.400 muertos

AGENCIAS
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El seísmo, de 7,9 grados en la escala Richter, con epicentro a 150 kilómetros al oeste de Katmandú, deja más de un millar de fallecidos y varios miles de heridos bajo las ruinas

 
Más de 1.400 personas perecieron, casi 2.000 se encuentran heridas y un patrimonio cultural incalculable quedó destrozado en el terremoto de 7,9 grados en la escala Richter que ayer sacudió Nepal, según las últimas estimaciones oficiales recogidas al cierre de esta edición. Se trata de la peor catástrofe natural que padece este país desde 1934, cuando otro seísmo dejó cerca de 8.500 muertos.
El temblor, que tuvo su epicentro a 150 kilómetros al oeste de Katmandú, afectó también a la India, donde se registraron más de 30 víctimas mortales, y al Tíbet, donde fallecieron, al menos, una docena de personas.
En la capital nepalí, donde se derrumbaron numerosos edificios, millares de personas optaron por pasar la noche al raso, pese a la lluvia que caía sobre la ciudad. 
Aproximadamente la mitad de los fallecidos confirmados hasta el momento perecieron en el valle de Katmandú, una de las zonas más densamente pobladas del Nepal. Más de una veintena de réplicas sacudieron el país tras el primer movimiento telúrico. Así, según indicó el ministro de Finanzas nepalí en Twitter, en el epicentro, en Barpak Larpak, «un 90 por ciento de aproximadamente un millar de casas y cabañas han quedado completamente destruidas».
Los hospitales del Estado, de 28 millones de habitantes y uno de los más pobres del mundo, se encuentran completamente saturados, y no dejan de lanzar llamamientos para solicitar donaciones de sangre. Además, las tareas de rescate y auxilio se ven dificultadas por los daños sufridos en las comunicaciones y la red eléctrica nacional, ya de por sí insuficiente. Por eso, el Gobierno advirtió de que el seísmo puede incrementar los cortes de luz que ya padecen normalmente los ciudadanos. De igual modo, numerosos monumentos en esta capital de enorme riqueza histórica se han derrumbado por el terremoto. 
Las autoridades declararon una crisis nacional y establecieron un fondo de 500 millones de rupias nepalíes para la reconstrucción de infraestructuras. El primer ministro, Sushil Koirala, canceló, tras la catástrofe, la visita oficial que efectuaba a Indonesia, e instó a los ciudadanos a asistir, en la medida de sus posibilidades, en las tareas de rescate.
 
MUESTRAS DE APOYO. Mientras, numerosos países ofrecieron tras el temblor su ayuda a Nepal. El primero en llegar fue un avión militar Hércules indio, que transportaba 3,5 toneladas de medicinas y material de asistencia y un equipo de 40 personas expertas en tareas de auxilio. Por su parte, el Gobierno español expresó su consternación por el terremoto y transmitió sus condolencias a los familiares de las víctimas y las autoridades de los países afectados. 
El seísmo representa un duro golpe para Nepal en momentos difíciles. El país, encajado entre India y China y sobre algunas de las montañas más altas del mundo, trata de superar la crisis causada por el asesinato de la mayor parte de la familia real en 2001 perpetrado por el príncipe heredero, Dipendra, antes de suicidarse. Así, en 2008, la monarquía quedó abolida tras una rebelión maoísta.