19 años sin ganar en el Villamarín

D.V.
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La última victoria del Real Valladolid en el campo del Betis fue en 1999, con gol de Caminero. El domingo (20.45 horas), el Pucela buscará la cuarta de su historia

Si César Cadaval le ‘regaló’ ese «color especial» a Sevilla en la letra de la canción que Los del Río convirtieron en himno de la capital andaluza, la historia de amor y odio del Real Valladolid con el Benito Villamarín da para otro tema, porque no cabe duda de que ese no es un campo más para la historia del Pucela. Lo ha visitado en 40 ocasiones y aunque solo ha ganado tres de esos partidos, en 2009 le bastó con un empate para certificar allí su permanencia y, de paso, enviar a los verdiblancos al infierno. Eso sí, cinco años después un Betis que ya estaba descendido se tomó cumplida venganza con un 4-3 que colocó con pie y medio en Segunda División a la escuadra blanquivioleta, que se guardó su epitafio para el José Zorrilla ante el Granada.

Aquel descenso de ambos en 2014, dio para una nueva visita al Villamarín, esta vez en Segunda, que también se saldó con triunfo local, por un contundente 4-0 y que ya fue la última vez que cruzaron sus caminos, puesto que ese año el Betis ascendió y el Pucela tuvo que esperar hasta el pasado junio.

Los sevillanos han ganado hasta el momento 23 de los 40 duelos en el feudo verdiblanco, por 14 empates y solo tres victorias del Real Valladolid, en las campañas 1988/89, 1994/95 y 1999/00, todas ellas en el siglo pasado ya. Aquella de diciembre de 1999, hace ya casi 19 años, es la última de un Pucela que se impuso por 0-1, con gol de José Luis Pérez Caminero.

La primera victoria pucelana en el Benito Villamarín tardó en llegar hasta la vigésima segunda visita oficial, en la temporada 1988/89, cuando también ganó 0-1, en ese caso con gol de Peña. Después, en la temporada 1994/95 venció por 1-2, con tantos de Nilson y ‘Mami’ Quevedo; Kowalczyk marcó el de los locales.

Desde aquel diciembre de 1999, todo han sido pinchazos. De los diez últimos partidos en el feudo verdiblanco, seis terminaron con derrota y cuatro, en empate. Uno de ellos fue en la 2008/09, cuando el equipo entrenado aún por José Luis Mendilibar inició una deriva de resultados que a punto le llevan a Segunda después de un inicio ilusionante. Finalmente, lo selló a costa de los béticos, empatando a un gol, con tanto del argentino Marcos Aguirre.