Un estudiante de la UVa becado en China comercia con 17 países

Luis Amo
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Miguel Martín Romero, estudiante de Comercio, y tras una estancia de un año gracias a una beca de la UVa, trabaja ahora de Coordinador de Comunicación de la empresa Oneplus Global

Miguel Martín, becado por la UVa y ahora trabajando en China. - Foto: El Día

Miguel Martín Romero, estudiante del Grado en Comercio de la Facultad de Comercio de la Universidad de Valladolid, ha sido fichado el mes de agosto por la empresa china Oneplus Global, creada en 2013, como Public Relations Coordinator, uno de los puestos relevantes dado que es una joven empresa que ha sacado al mercado un smartphone con altas prestaciones a un precio de bajo coste, que se está comercializando en 17 países con gran éxito.


La trayectoria de este joven vallisoletano de 23 años se inició en China hace ahora poco más de un año cuando se trasladó al país asiático con una beca del Servicio de Relaciones Internacionales de la UVa. Durante ese tiempo dedicaba, además de sus horas de estudio, a aprender el chino dedicando entre 30 y 40 horas semanales. Su conocimiento del idioma, además de su dominio del inglés, ya que es bilingüe, fueron claves para poder integrarse en la plantilla de esta nueva empresa.


Miguel Martín Romero se encuentra estos días en Valladolid con objeto de ultimar los detalles para poder preparar su trabajo fin de carrera y obtener finalmente la titulación por la UVa. Además, se muestra encantado por la responsabilidad que le han dado a pesar de su juventud y que no hubiera tenido en una empresa española.


Sin embargo, también recuerda sus primeros momentos como «duros» y «difíciles». «Eres como un extraño en una gran ciudad», explicó ayer a El Día de Valladolid al reconocer que al comienzo de su vida en china se sentía «un poco analfabeto» ante el gran contraste cultural, «porque la vida de España y la vida en China es muy diferente».


Así, Miguel se fue a aquel país con un nivel «justito» del idioma pero que en pocos meses se ha preparado hasta el punto de que llegó a dedicarse a estudiar y practicar el chino durante 40 horas a la semana, un esfuerzo que le permitió rápidamente entenderse con cierta facilidad pese a que reconoce que es «bastante» complicado aprender el chino. Sin embargo, la mayor parte de su vida diaria en el trabajo como coordinador de comunicación la desarrolla en inglés y una mínima parte en español. El chino lo deja para los ratos de relajación con sus compañeros. Inglés y español para elaborar las comunicaciones dirigidas tanto a la prensa como a los inversores que son del propio país o extranjeros, «pero con un inglés fluido se llega a todos los lugares del mundo», precisa este vallisoletano.


Respecto al contraste cultural, por ejemplo, una de las mayores diferencias la notó en la comida, en la gastronomía:«Ahora ya no está tan mal, pero lo cierto es que muy monótona y sin variedad».