Que treinta años no es nada

Pablo Álvarez / Valladolid
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Más de 500 personas se dieron cita ayer en la ceremonia de entrega de los Premios Castilla y León que alcanzan las tres décadas

Herrera y Marcos con represenantes del Tercer Sector. - Foto: LETICIA PÉREZ (ICAL)

Los acordes argentinos del tango de Carlos Gardel, ‘Por una cabeza’, interpretados por el cuarteto de cuerda Ripalda sirvieron de cierre a la entrega de los Premios Castilla y León, que ayer celebraban su trigésima edición. Esa conmemoración tan redonda hacía recordar la letra de ese otro mítico tango, ‘Volver’, cuando dice eso de «que treinta años no es nada». 
 
Un acto que tuvo presente también en otro argentino, el entrenador del Atlético de Madrid, ‘Cholo’ Simeone, cuyo partido en la Champions League ante el Chelsea recomendó adelantar el horario para evitar la competencia con el encuentro. Aunque esa rivalidad no fue tal pues no hubo desbandada y decenas de invitados seguían en el recibidor del Centro Cultural Miguel Delibes a la hora del comienzo del encuentro. 
 
Más prisa parecían tener los operarios encargados del desmontaje, que todavía con los invitados en el interior se afanaban en retirar las banderolas de la entrada.
 
Prueba de que «treinta años no es nada» era la gran asistencia de premiados en ediciones anteriores de los Premios Castilla y León y políticos de las primeras etapas de la autonomía, entre los más de 500 asistentes. 
 
La figura de Adolfo Suárez, de cuyo fallecimiento se cumple hoy un mes, tuvo un protagonismo especial durante la ceremonia. En primer lugar por las alusiones explícitas del presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, que ensalzó su liderazgo, inteligencia y generosidad, cualidades que permitieron al primer presidente de la democracia convertirse en «protagonista de una de las mejores páginas de nuestra historia». 
 
Suárez también estuvo presente de forma simbólica con la entrega del Premio Castilla y León a los Valores Humanos, que compartieron el que fuera su secretario de Estado de Seguridad y figura clave en el 23-F, Francisco Laína, y el poeta y preso antifranquista Marcos Ana, que recibieron la ovación más larga de toda la ceremonia. 
 
Entre los numerosos asistentes al acto, se encontraban la presidenta de las Cortes, Josefa García Cirac; los consejeros del Gobierno autonómico; el delegado del Gobierno en la Comunidad, Ramiro Ruiz Medrano, y numerosos alcaldes y presidentes de diputación. 
 
De las filas socialistas, acudieron el secretario autonómico del PSOE, Julio Villarrubia, que encabezó la delegación, en la que se encontraba el secretario socialista de Organización y portavoz en las Cortes, Óscar López. También asistieron José María González, coordinador autonómico de IU, y el portavoz del PP en las Cortes, Carlos Fernández Carriedo.
 
Tampoco faltaron expresidentes de la Junta como Demetrio Madrid o el vicepresidente primero del Senado, Juan José Lucas, y el actual presidente del Congreso de los Diputados, Jesús Posada.
 
Además de representantes políticos, también hubo una nutrida presencia del mundo cultural, social y empresarial. No faltaron los líderes sindicales de UGT y CCOO, Agustín Prieto y Ángel Hérnandez, así como el presidente de la patronal castellana y leonesa (Cecale), el soriano Santiago Aparicio, y su homólogo en Empresa Familiar, Alfonso Jiménez, varios de los presidentes de las Cámaras de Comercio e Industria, entre ellos el máximo responsable de la entidad cameral burgalesa, Antonio Miguel Méndez Pozo, presidente también del Grupo Promecal, y empresarios de distintos sectores.
 
Dentro de la seriedad de la indumentaria de esta clase de actos fue comentado el look sport de Óscar López, con vaqueros y zapatillas, o la corbata azulgrana de Herrera, que poco tiene que ver con sus preferencias futbolísticas.