Dos siglos de seguridad

Luis Amo
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De la Partida de la Capa hasta la Policía Municipal: Valladolid suma casi dos centurias de serenos, fielatos, vigilantes, guardias, agentes y policías con idéntico espíritu de velar por el orden y la protección ciudadana

Más que un número, una persona. Por encima de una firma en una recetita rosa, un agente que está pendiente de todo cuanto sucede a su alrededor. Sólo o en pareja, andando, en coche, en moto, a caballo -hasta hace unas semanas- o en bicicleta, según la intención del nuevo equipo de Gobierno para este mandato, lo cierto es que la Policía Municipal siempre está: de la Partida de Capa (1826) al Policía de Barrio (desde 1996), casi dos centurias como celador de la ciudad donde las novedades del quehacer cotidiano van más allá de dirigir el tráfico.

Los tiempos han cambiado pero la seguridad continúa siendo el emblema de la Policía Local. El Cuerpo Municipal cumple en los próximos días 190 años de historia velando y garantizando el orden en Valladolid. Se trata de una crónica estrechamente ligada a la vida urbana, al desarrollo de la sociedad y de la prevención de posibles situaciones aún siempre con la colaboración ciudadana como punto de partida de muchas de las intervenciones. «Esta colaboración y que los ciudadanos asuman nuestra presencia en la calles con normalidad es fundamental», explica la intendente jefa, Julia González Calleja, al subrayar que los agentes policiales «lo que menos hacemos es poner multas, sino que principalmente nos dedicamos a dar seguridad, garantizar la convivencia desde el ámbito preventivo, conviviendo con los ciudadanos y los comerciantes en sus barrios, además de controlar el tráfico para que discurra con normalidad y realizar campañas específicas».

Son las acciones del siglo XXI, donde el policía tiene contacto directo con el ciudadano que, salvando las distancias, va en la misma línea que en sus orígenes, donde también tenían muy claro quién era el destinatario de su labor: los ciudadanos, su seguridad y protección mediante «el control de la población en cuanto a sus movimientos de entrada y salida; existencia de un censo de nacimientos y muertes; higiene y salubridad públicas y prohibición de actividades que afecten a las buenas costumbres».

Así lo constata la tarea diaria de los integrantes de la Partida de Capa, 16 hombres con su coronel al mando, que son el germen de la actual Policía Local que hoy suma un Cuerpo con 449 agentes dedicados a la vigilancia y 29 administrativos. Una dilatada historia que ha pasado de un control a través de un reglamento propio con 17 artículos en el año 1826 hasta los 55 vigentes en la actualidad -aprobados en 1997-. Un periplo de servicio público donde este Cuerpo de Vigilancia Urbana es como la ventanilla de atención y ayuda a pie de calle, se llamen ahora policías, agentes o hayan sido serenos, fielatos o guardias.

Normalidad.

Cualquiera de estas figuras es perfectamente válida en cualquier época respecto a lo que implica «estar muy atentos, vigilantes y abriendo más los ojos», más si cabe en estos tiempos donde España mantiene la alerta antiterrorista en nivel 4, «por lo que nuestra presencia debe ser asumida con normalidad». La jefa de la Policía Local reconoce en esta línea que ante los últimos acontecimientos, como es natural, la gente está «más susceptible» a la presencia policial, a lo que sugiere que «hay que acostumbrarse a ver más agentes por las calles» a lo que traslada un mensaje de tranquilidad «porque los ciudadanos no deben alarmarse porque la Policía haga su trabajo». Aún con todo, con esta mayor atención de los policías, lo cierto es que Julia González insiste en que la colaboración ciudadana es «fundamental».

«Todo suma», insiste la intendente jefa, al abrir las puertas de la Jefatura de la Policía Municipal a este periódico, donde además de reconocer el trabajo diario de toda la plantilla, muestra los otros ojos de los agentes desde el Centro de Operaciones: 31 cámaras que controlan principalmente el tráfico y los cruces pero que son algo así como las cámaras que todo lo ven dado que en ocasiones ayudan a advertir o esclarecer ciertas situaciones. Se trata de la última tecnología con una pantalla gigante LCD para controlar 262 intersecciones y que permite compartir la visualización de información en tiempo real y coordinar actuaciones tanto entre el personal presente en la sala como con otros actores relevantes (emergencias, protección civil, ciudadanos…). Es el corazón del Centro de Operaciones de la Policía Local que además comparten asiduamente con la Policía Nacional en lo que se llama Sala Conjunta para mejorar la operatividad y eficacia.

Más agentes.

«Crecer». Este es el objetivo primordial e inminente de la Policía Municipal para «cuanto antes». La intendente jefa,Julia González Calleja, así lo manifiesta a El Día de Valladolid al reconocer la labor diaria de los 449 agentes uniformados y de paisano, cuya tarea diaria se distribuye en tres turnos de trabajo (de 7 a 15 horas, de 15 a 23 horas y de 23 a 7 horas) que comienza con el pase de lista excepto para la Policía de Barrio, que tienen su particular horario desde sus sedes (de 10 a 14 horas y de 16 a 20). Un cronograma, por cierto, que tiene como fechas especiales la Navidad, Semana Santa o las fiestas de septiembre, donde los agentes no pueden librar.

Aún con unos números y cuadrantes de trabajo donde se llega a todo y a todos, como comenta González Calleja, tampoco evita la reclamación que últimamente se repite en los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad dado que tienen un déficit de 50 agentes que van incrementándose porque en los últimos años se dan entre 8 y 10 jubilaciones. Una petición de medios humanos a la que suman los materiales. Aún así, el año que viene, llegarán 13 coches de la marca Renault y se está pendiente de comprar 11 motos y 6 scooters.

Control de tráfico, charlas preventivas y atención vial a la salida del colegio, junto con las campañas específicas de control de cinturón de seguridad, de alcohol... O uno que destaca, como ellos recalcremarca: un control habitual a la altura de Mercaolid donde se han llegado a detectar animales sueltos en un trailer; camiones frigoríficos apagados aún con alimentación fresca dentro; transporte de perros peligrosos o tiempos sobrepasados.