El Ayuntamiento derribará el monumento a Onésimo Redondo si no lo hace el Ministerio de Industria

Óscar Fraile
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Saravia envió ayer una carta al ministro en la que le insta a hacerlo «en un plazo razonable» y avisa de que, de no ser así, Urbanismo podría ejecutar subsidiariamente la sentencia del TSJ

Al Ayuntamiento de Valladolid se le está acabando la paciencia ante el retraso en la demolición del monumento a Onésimo Redondo del cerro de San Cristóbal. Tanto, que el concejal de Urbanismo, Manuel Saravia, remitió ayer una carta al ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, para recordarle que «no se ha hecho nada» desde que el Ayuntamiento de Valladolid concediera la licencia de obras el 23 de enero de este año.


El Gobierno es el propietario de esos terrenos y, por lo tanto, el encargado de retirar el conjunto escultórico formado por la figura del propio Onésimo Redondo, un campesino, un obrero, un estudiante y un combatiente.


Y en teoría tendría que haberlo hecho en junio, tal y como se recoge en el pliego para la contratación de unas obras que tendrían que haber empezado el día 1 de ese mes con un plazo de ejecución de 30 días y un presupuesto de 108.546 euros.


«No cabe más demora en una actuación que, transcurrido tanto tiempo desde que se dictó la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León que obligaba a la demolición, presenta, en nuestra opinión, indicios preocupantes de desobediencia o de una monumental desidia en el cumplimiento de las sentencias judiciales», le dice Saravia al ministro Soria en la misiva remitida ayer. La sentencia a la que hace referencia el concejal es la que recordaba al Ayuntamiento su deber de cumplir con la Ley de la Memoria Histórica y eliminar los símbolos y nombres de las calles franquistas. Así, el anterior equipo de Gobierno modificó el nombre de doce calles y de un puente.


Por eso Saravia insta al Gobierno a cumplir su parte y asegura que desconoce el motivo de la paralización de este proyecto. Es más, llega a advertir a ministro de que «si en un plazo razonable de tiempo no se hubiese producido la demolición, el Ayuntamiento de Valladolid estudiará la posibilidad de ejecutar la sentencia subsidiariamente».


Saravia prosigue en su carta recordando a Soria que «las sentencias están para cumplirse» y que esos trámites deben hacerse «con diligencia, sin negligencia, descuido o tardanza injustificada» como él considera que se está haciendo en este caso.


Uno de los problemas que tiene el Ministerio para iniciar las obras es encontrar un lugar para guardar el conjunto escultórico. En principio su destino iba a ser el Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca, pero lo cierto es que estas instalaciones no están preparadas y tendrán que ser reformadas para ello.


Saravia también sale al paso de esta cuestión en la carta: «Si ese es el problema, díganoslo, que el Ayuntamiento lo solucionará inmediatamente», señala. El responsable de Urbanismo confirmó a este periódico que hay sitios disponibles para guardar provisionalmente el conjunto escultórico cuando sea desmontado, aunque no tengan pensado ninguno en concreto.

 

El proyecto de derribo que maneja el Ministerio solo contempla la conservación de la estatua y detalla cómo ha de llevarse a cabo la obra. Lo primero que se hará será desmontar el grupo escultórico con un camión grúa y unas eslingas. Después, «las esculturas deberán ser separadas en figuras individuales, siendo todas ellas numeradas para su ulterior montaje». Posteriormente  se almacenarán «tumbadas sobre palés, con cuñas, calzos y los acolchados necesarios». Por último, se retirarán el yugo y las flechas y se derribarán «las pilastras simétricas de hormigón armado» para acabar con la base del monumento con un martillo hidráulico.


El monumento a Onésimo Redondo, fundador de las Juntas de Ofensiva Nacional Sindicalista (JONS), se inauguró el 24 de julio de 1961 para conmemorar el 25 aniversario de su muerte. El grupo escultórico, las flechas y el yugo son de bronce, mientras que la estructura de hormigón pesa unos 500 kilos.


Se trata de un monumento que ha estado rodeado de polémica en los últimos años y ha sido objeto de actos de vandalismo constantes en forma de pintadas por los partidarios de retirarlo. No obstante, Valladolid también ha acogido alguna movilización en la que se pedía que se dejara donde está.