Las tres testigos del doble crimen de Medina declaran que entraron dos hombres y solo disparó uno

A.G.M.
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El juzgado celebra una prueba preconstituida con las tres prostitutas para que sus testimonios tengan plena validez si no fuesen al juicio

Los hechos ocurrieron en el club Las Vegas, de Medina del Campo. - Foto: EL DÍA DE VALLADOLID

El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 1 de Medina, el que se encarga del caso del doble crimen en el club Las Vegas, celebró ayer un nuevo interrogatorio a las tres únicas testigos del tiroteo en el que, el pasado 5 de octubre, murieron el dueño y una camarera del local de alterne. Pero no fue una toma de declaración más. La juez celebró lo que, en el argot, se denomina una prueba preconstituida, en la que estuvieron presentes todas las partes -abogados de los acusados, Fiscalía y la propia juez- y con la que se daría validez en un juicio a las testificales de las tres chicas.

«Se hace excepcionalmente en los casos en los que hay riesgo de que los testigos no comparezcan en el juicio», según explicaron a El Día de Valladolid fuentes cercanas al caso. «En éste, porque las chicas no tienen domicilio conocido, ni trabajo, no son españolas... y son las únicas testigos del caso, con lo que su testimonio es clave».

En otros casos se hace, según detallaron fuentes jurídicas, para, por ejemplo evitar que un testigo tenga que pasar por el mal trago de contar todo nuevamente en un juicio. Es lo que, por ejemplo, se ha hecho en Madrid con todas las menores agredidas sexualmente por el pederasta de Ciudad Lineal.

Ratificaron su versión. En el interrogatorio celebrado ayer en el Juzgado de Instrucción 1 de Medina del Campo no hubo, por lo tanto, rueda de reconocimiento, tal y como se había informado por error; es más, según aclaran las fuentes consultadas por este diario, ni siquiera estuvieron presentes los tres acusados. Las tres chicas, por su parte, se ratificaron en todo lo que ya dijeron en su día tanto en la Comisaría de Policía como en el juzgado. Que los asaltantes fueron solo dos hombres -y no un hombre y una mujer, como se habría venido diciendo- y que el único que disparó fue uno de ellos.

Lo que no ha trascendido aún es si las chicas vieron con claridad la cara del autor material de los cuatro tiros que se llevaron por delante a Mariano E.G. y Lucía M.G. Dos de ellas, que debían estar en las habitaciones del sórdido club de alterne, se dieron a la fuga en cuanto oyeron los disparos y la tercera se quedó escondida. Las tres son extranjeras y no dominan el castellano.

Todo apunta a que el móvil del asesinato del empresario fue una deuda de drogas con su presunto proveedor: M.M.M. Lo que no se tiene tan claro es si este vecino de Arévalo, que fue detenido junto a su mujer una semana después de los hechos, fue el que encargó el asesinato a A.A.B. -el arrestado en Extremadura- o si pudo disparar él directamente.

En su declaración ante la juez del caso, M.M.M. negó ser autor material de los disparos, su mujer (M.V.P.P.) no declaró y de lo que relató A.A.B. no ha trascendido nada, aunque diversas fuentes han apuntado que habría sido él quien delató al matrimonio -fue el primero en caer, el día 11- y que habría explicado a la Policía que él actuó por encargo de esta pareja afincada en Arévalo y conocidos por sus vínculos con el mundo del narcotráfico, al igual que el propio Mariano E.G. quien tenía un par de locales más en la zona y que, según fuentes policiales, tendría una doble fuente de ingresos: la prostitución y el narcotráfico.