El 60% de los accidentes mortales de Valladolid, en autovía

A.G.M.
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De los seis siniestros con fallecidos registrados en 2018 en carreteras no desdobladas de la provincia, solo tres tuvieron lugar en tramos de los que se limitarán a 90 km/h a partir del próximo 29 de enero

El 60% de los accidentes de Valladolid fueron en una autovía

Valladolid cerró 2018 con catorce personas fallecidas en otros tantos siniestros de tráfico. Es la misma cifra de víctimas y accidentes que en 2017, un caso más que en 2016 y a cinco de 2014, cuando la seguridad vial tocó techo en la provincia, con ‘solo’ nueve fallecidos en un año; nada que ver con los 22 de 2012 y 2010, o los 51 de 2006. De los catorce muertos en este año, once eran hombres y otros tres iban a bordo de una moto.

La frialdad estadística confirma, pese a todo, la sensación apuntada por la DGT de estancamiento de las medidas impulsadas en 2005 (el carné por puntos, la red de radares fijos...) y, por ello, todos los análisis se centran ahora en dilucidar por dónde se puede volver a mejorar y pegar un nuevo impulso a la lucha contra la siniestralidad vial. El plan diseñado por la nueva Dirección General de Tráfico de Pere Navarro se centra fundamentalmente en la lucha contra las distracciones al volante, capitalizadas por el uso del móvil durante la conducción; y en reducir la sangría de accidentes en vías convencionales, para lo que el próximo 29 de enero se oficializará el recorte de la velocidad máxima de 100 a 90 km/h en 378 kilómetros de ocho carreteras de la provincia con un único carril por sentido.

Y ello, a pesar de que Valladolid ha supuesto una excepción durante el pasado 2018 y ha concentrado más accidentes mortales en autovías que en carreteras sin desdoblar. Así, los ocho anotados en grandes vías se los reparten entre la A-6 (cuatro), la A-62 (tres) y la VA-30, una Ronda Exterior que ‘vivió’ en octubre su segundo accidente mortal desde su estreno completo en 2014. Solo cuatro de los ocho fueron salidas de vía, aunque las estadísticas de Tráfico dicen que suele ser el perfil habitual de siniestro en este tipo de carreteras, asociado siempre a la somnolencia o la distracción del conductor.

Los otros seis muertos que dejó 2018 transitaban por zonas con un carril por sentido, tres de ellos por tramos de los que pasarán a estar limitados a 90 kilómetros por hora. Un hombre de 65 años murió en abril en una colisión frontal en la N-610, cerca del término de Becilla de Valderaduey; un motorista de 30 falleció en octubre tras chocar con un coche en la N-601, en el cruce de Hornillos de Eresma; y un joven de 22, el último del año, perdió la vida el pasado 20 de noviembre al colisionar contra un camión en la misma N-601, aunque a la altura del desvío a Alcazarén. La lista de víctimas de estas peligrosas vías convencionales se completa con un hombre de 58 años en la VA-405, cerca de Serrada; uno de 51 en la CL-602, en Olmedo; y uno de 80 años en la VA-140, en el término de Villarmentero de Esgueva. Estos tres, curiosamente, no sufrieron ninguna colisión con otro coche, sino que fueron víctimas de salidas.

Y OCHO MÁS EN LA CAPITAL

A los catorce fallecidos que dejó el asfalto en las grandes carreteras de Valladolid hay que sumar los ocho de la capital, de los que cinco eran peatones (todos de entre 73 y 85 años) y los otros tres, motoristas; todos usuarios de los denominados vulnerables y en los que también va a centrar sus esfuerzos la DGT.