Fueron tres las lanzadas que acabaron con la vida de Rompesuelas. El Toro de la Vega de este año. Tres personas que ocasionaron que el festejo fuera declarado nulo por el jurado compuesto por ocho miembros de peñas de la localidad debido al incumplimiento de la ordenanza municipal que regula el torneo. Este documento recoge un expediente sancionador con multas que oscilan desde los 1.000 hasta los 9.000 euros en el caso de cometer infracciones leves, graves o muy graves. Fue el propio alcalde, José Antonio González Poncela, el que aseguró que los tres lanceros se enfrentarían a las sanciones que determinaran los técnicos una vez que se estudiarán los diferentes vídeos del evento.   

El reglamento recoge en su artículo 5 que «se prohibe el uso de cualquier tipo de defensa *Artificial que desvirtúe el acto o se sirva de engaños» (se entiende por artificial las zonas pavimentadas, entre otras). Y el propio alcalde apuntó tras el torneo en la última lanzada ocasionada por Francisco Alcalá, alias Cachobo, había sido declarada nula por aprovecharse de «vallas artificiales».

De esta forma, los lanceros que acabaron con la vida de Rompesuelas podrían enfrentarse a sanciones que oscilarían entre los 3.001 y los 9.000 euros en el caso de considerarse muy graves como recoge el reglamente o de 1.001 a 3.000 en el caso de ser leves o graves.

El de ayer fue un torneo que no dejó contento a nadie. Los animalistas no consiguieron su objetivo de suspender el festejo e incluso alguno de ellos vio cómo el toro pasaba muy cerca dentro del recorrido sin ni siquiera moverse. Incluso uno de ellos ha presentado una denuncia contra la Guardia Civil de intento de asesinato por no haberlo desalojado del recorrido. La decisión de soltar el morlaco, de 640 kilos, cuando un numeroso grupo de activistas se encontraba en el recorrido ha generado polémica. Mientras unos defienden que la Benemérita no podía obligar a los animalistas a abandonar el recorrido, otros afirman que podía haber ocurrido una desgracia si el astado se lanza con el grupo que permaneció impasible.

En este sentido, el presidente del patronato, Gerardo Abril, lo tiene claro. «Podía haber pasado una desgracia. Fue un día para olvidar. El toro podía haber desarmado a cualquiera. Yo lo pasé francamente mal cuando vi la escena».

Abril destacó que la jornada fue de las peores que recuerda. «Los insultos..., intentamos hablar, pero no hubo forma». Sobre la muerte del toro aclaró que se mantuvo una reunión por espacio de tres horas con los lanceros. «Se les explica y luego lo incumplen. No puede ser, hay que denunciarlo y tiene que haber sanciones económicas. En el ardor del miedo, a algunos se les perturba la sesera». Abril quiso dejar claro que a estos tres lanceros no se les permitirá volver a participar en el torneo. En este sentido, la Asociación Contra la Tortura y el Maltrato a los Animales (Actyma) denunció ante la Fiscalía de Valladolid la suelta del toro con activistas indefensos a su paso.

Por el contrario, el director general de la Guardia Civil en España, Arsenio Fernández, defendió ayer el dispositivo de la Benemérita y aseguró que los agentes solo quisieron minimizar el conflicto y tratar de que entre los dos bandos no fuera la cosa a mayores.

La Delegación del Gobierno está estudiando el vídeo que grabó el helicóptero de la Guardia Civil, aunque por el momento no se han podido ver todos las imágenes debido a su volumen. Ayer tampoco se produjeron denuncias ante la Guardia Civil como consecuencia del devenir del torneo. Habrá que esperar a que se complete el visionado de todas las imágenes para saber si hay más denuncias.    

En referencia a las reacciones el día después del torneo, cabe destacar que el ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo, sugirió compatibilizar tradición y sensibilidad en la regulación del Toro de la Vega que, según subrayó, es una competencia autonómica, según Europa Press.

Por su parte, la Junta de Castilla y León condenó hoy los episodios de violencia vividos en Tordesillas durante el torneo del Toro de la Vega y pidió una reflexión de toda la sociedad, sin descartar de ese proceso una revisión para su adaptación a los nuevos tiempos. «Ante la crispación, reflexión», solicitó la vicepresidenta y portavoz, Rosa Valdeón.