A sus 34 años, Raúl Arévalo es uno de los actores más demandados de su generación, y no para. Desde su debut en televisión con la serie Compañeros, el madrileño ha rodado a las órdenes de Antonio Banderas, José Luis Cuerda o Pedro Almodóvar, aunque su nombre ha estado ligado, sobre todo, al de su amigo Daniel Sánchez Arévalo. Ahora, regresa a la gran pantalla con Javier Cámara en La vida inesperada, una tragicomedia agridulce con guiños a Woody Allen que narra la historia de dos primos con formas radicalmente opuestas de enfrentarse a la vida.

Aunque el proyecto nació hace más de una década, la película refleja una realidad muy actual. 

Sí, surgió en 2003, pero sacarlo adelante ha sido muy difícil. Yo entré con todo ya hecho y lo que leí fue un guión maravilloso, del que Elvira había ido escribiendo varias versiones y adaptándolo. Pero, aunque ahora el tema de los que se van al extranjero esté muy de actualidad, creo que se podría haber entendido igual hace cinco años. 

Sin embargo, la Nueva York que se encuentran no encarna el ideal del sueño americano. 

Es un lugar duro. Es maravillosa para ir o para la gente que tiene dinero, para el que le va muy bien, pero para el que no le va tan bien es una ciudad en la que te puedes sentir muy solo.

¿Es tan pragmático el Raúl Arévalo real como el primo de la gran pantalla? 

El primo es mucho más práctico que yo, pero no me sale juzgarle, decir si es valiente o cobarde. Aunque sí que entiendo perfectamente sus decisiones. Y es curioso, porque seguramente es lo que haría el 70 por ciento de la población.

La vida inesperada no es de carcajadas, pero tiene mucho de un género que ahora está muy de moda gracias a Ocho apellidos vascos. ¿Ha llegado el momento de la comedia española? 

Ojalá pasara cada año lo que está ocurriendo con Ocho apellidos vascos. Pero lo de que si una comedia triunfa más en tiempos de crisis... ¿Que la gente se quiere reír? Claro, pero ahora y siempre. Lo que la gente quiere es entretenerse, sentir emociones.

Quienes este viernes vayan al cine a ver La vida inesperada, ¿saldrán con más optimismo o pesimismo por la vida? 

Es una comedia, pero tiene pellizco, porque te hace reflexionar mucho y te mueve, porque habla sobre cosas que a todos nos han pasado, o nos han podido pasar. El guión es como la vida, en la que pasan muchas cosas a la vez. Lo típico de En casa del herrero cuchillo de palo. No es una película de moralejas, sino de preguntas, y cada uno la leerá según le toque. Yo la veo como un canto a la vida.