El triste adiós de una leyenda

A. G. Mozo
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Un grupo de piragüistas encontró ayer al mediodía el cadáver del exjugador flotando en el río, a la altura del pabellón · Lalo, que sufría depresiones, llevaba desaparecido desde el 4 de marzo cuando se le vio por última vez en la cafetería Carex

Llegó el final. El más triste. El que nadie se quería creer, pero el que se sospechaba desde el minuto uno. El cadáver de Lalo García, que llevaba desaparecido 27 días, fue encontrado ayer al mediodía en el río. Su cuerpo inerte apareció justo a la altura del polideportivo Pisuerga sobre las doce y media, flotando. Paradojas del destino, a escasos metros de ‘su’ Pisuerga...

El trágico hallazgo recorría en cuestión de minutos Valladolid y el mundo del deporte nacional como un desgarrador escalofrío. No por esperada, la noticia era menos dura. Triste adiós para un mito.

Desde el día 4 de marzo. La investigación, primero por parte de la Guardia Civil y, después, de la Policía, siempre se dirigió hacia un final autolítico. En su piso de Arroyo de la Encomienda no había ninguna nota de despedida, pero era la principal hipótesis que se manejaba desde que su madre acudió a denunciar, el día 5 de marzo, la desaparición. Lalo no se había llevado ni el teléfono móvil ni la cartera. Las depresiones que Lalo arrastraba y para las que tenía que medicarse completaban una línea de investigación que siempre pensó en un final tan tráfico como el de ayer.

Gonzalo (Lalo) García Téllez, exjugador del mejor Fórum de la historia, excapitán y exnúmero 5 (la camiseta lleva años colgada en lo alto de Pisuerga), hubiera cumplido 44 años el pasado día 20 de marzo. No lo hizo. Todas las hipótesis apuntan a que falleció la misma noche en que fue visto por última vez, la del 4 de marzo, cuando estuvo tomando algo en la cafetería Carex, situada junto al pabellón Pisuerga; en realidad, nadie le volvió a ver nunca. Ayer, su cuerpo sin vida aparecía justo en ese punto del río.

Eran las doce y media cuando unos piragüistas del Club El Cisne alertaban del hallazgo de lo que parecía ser un cadáver en el río, junto al polideportivo. La llamada al Servicio de Emergencias 112 ponía en marcha un dispositivo de rescate formado por miembros de Bomberos y de agentes de los cuerpos de Policía Nacional y Local. Después llegaría el equipo forense y la comisión judicial, que ordenaron el levantamiento del cadáver. Pasadas las dos y cuarto de la tarde, cuando se lo llevaron al Anatómico Forense, no había confirmación oficial, pero allí ya sabían todos que ese hombre, de unos 45 años y 1,90 de altura, era Lalo García. Su amigo y excuñado, Mike Hansen, recibía allí mismo la noticia. Abatido, se metía a ese pabellón en el que tantas horas compartieron. La confirmación, vía huellas, llegó minutos antes de las nueve de la noche.

Sus deportivas del 46. La autopsia deberá confirmar ahora si, en efecto, lleva estos 27 días sumergido en el Pisuerga. Fuentes cercanas al caso relataron ayer a El Día de Valladolid que el cuerpo estaba en un «avanzado estado de deterioro» y que ni tan siquiera se reconocía con claridad -por culpa del barro- que llevase puesto el chándal con el que fue visto esa última noche. Única ropa que, por otra parte, su madre echó en falta de su piso de La Flecha. Eso y unas deportivas del 46 con las que solía salir a andar; esas sí que fueron reconocidas con absoluta certeza por la familia.

Triste adiós para Lalo García. Emblema de la ciudad. Mito del deporte. Hijo y padre. Lalo eterno. DEP.