El doctor de las canchas

M.B
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Juan Antonio Corbalán se retiró en 1988 en el Real Madrid, su club de toda la vida, pero regresó una temporada a las pistas, de la mano del Fórum Valladolid en 1990. «Se empeñó Gonzalo Gonzalo», reconoce el ex base madrileño

El doctor de las canchas

Una de las cosas que más recuerdo de mi etapa en Valladolid es que me permitió hacer entender, sobre todo a un Sabonis que estaba lesionado, que tenía que acudir todos los días a los entrenamientos, aunque luego no hiciese nada en la pista. Que los jóvenes le viesen, que se integrase e hiciese equipo». Juan Antonio Corbalán tiene muchos recuerdos de su año en Valladolid. Aquí llegó con 36 primaveras, después de llevar dos temporadas retirado. En aquel Fórum destacaban Sabonis y Tikhonenko, aunque también despuntaban unos jóvenes Miguel Ángel Reyes y Lalo García. Junto a ellos, Silvano Bustos, Álex Bento, Miguel Juane y Jesús Conde. 

«Fue una etapa muy bonita. Llegaba acostumbrado a ganar y pasé a un equipo en que cada victoria había que trabajarla. Fue un reto», asegura este mítico base, con doce títulos ligueros y tres Copas de Europa, entre otros títulos, en sus vitrinas.

Juan Antonio Corbalán nació en Madrid el 3 de agosto de 1954. Y como suele ocurrir en muchas ocasiones, sus primeros contactos con el deporte fueron con el fútbol. «A los 10 años nos pidieron hacer un equipo de minibasket y a los 11 ya estaba en una concentración nacional», recuerda de aquella etapa en el colegio San Viator de la capital española. Hasta los 14-15 años compaginó ambos deportes. Y hasta júnior fue alero, «anotador», una especie de Sergio Llull. Aunque como ha pasado a los anales de la historia es como base. Fue convocado por Díaz Miguel para el equipo nacional con 17 años, sin tener ficha con el primer equipo del Real Madrid, con el que luego lo ganó todo: esas 12 Ligas, las 3 Copas de Europa, 7 Copas del Rey, 1 Supercopa, 1 Recopa, 1 Korac, 3 Intercontinentales, 1 Mundial de clubes... Además fue 177 veces internacional, logrando la plata olímpica en Los Ángeles 1984 y en el Eurobasket de Nantes en 1983.

Mientras destacaba en las pistas como uno de los mejores bases del panorama internacional cursaba sus estudios de Medicina. Hasta que en 1988 decidió dejar el baloncesto: «Me retiré cansado y porque no acababa de dar el salto profesional». Por entonces ya trabajaba como médico asistente del Servicio de Cardiología en el Hospital Clínico Universitario de Madrid.

Dos años más tarde le ofrecieron volver a las pistas: «Me llamó un agente y me dijo que Valladolid estaba muy interesado. En principio no quería jugar, pero al final llegamos a un acuerdo. Gonzalo Gonzalo quería que sirviese de puente entre una plantilla joven y Sabonis». Corbalán estuvo cerca de romper el acuerdo antes de que se iniciase la pretemporada -«no era cuestión de dinero sino que me parecía difícil», señala-, pero el presidente del Fórum le volvió a convencer, dejándole pasar consulta el lunes por la mañana y el viernes en Madrid: «Llegamos a un acuerdo de que si a mitad de temporada nacionalizaban a Fernando Tomasiello, yo lo dejaba». 

Así se convirtió en una especie de entrenador en la pista, continuación de Javier Casero, el técnico por entonces: «Disfruté del baloncesto porque Valladolid me enseñó un basket que no había vivido hasta entonces». Aquí jugó 15 partidos (8 como titular) más 5 de play-off (3 de inicio), con unos promedios de 26 minutos por partido, 6 puntos y 3 asistencias. El Fórum acabó quinto, estuvo cerca de eliminar al Barça en cuartos y se clasificó para la Korac: «Si no es por un mal arbitraje nos metemos en semifinales».

En 1991 se retiró por segunda ocasión. Ya la definitiva. Este especialista en Medicina del Trabajo y Medicina de la Educación Física y el Deporte ha sido médico del equipo nacional, trabajó en el Hospital Ruber Internacional de Madrid, en la Clínica Virgen de La Paloma, en Novoclinic, Hospital NISA... y desde hace dos años en Vithas Internacional. 

«A Valladolid voy mucho. Siempre que me llaman para cualquier acto y siempre que puedo paso por allí, donde mantengo amigos. Incluso estuve en una final de Copa de rugby, no en la de Zorrilla, sino en Pepe Rojo», señala este doctor en las canchas.

Con primos hermanos en Valladolid

Juan Antonio Corbalán llegó en 1990 a Valladolid. Los lunes y los viernes por la mañana pasaba consulta en Madrid. El lunes por la tarde ya estaba entrenando en Pisuerga. Vivió en las Francesas y asegura que se acopló pronto a la ciudad. Sobre todo porque aquí residían unos primeros hermanos de la que entonces era su mujer, Reyes García Miura: «Ellos vivían en una calle muy cercana». Eso le permitió adaptarse a una ciudad que le acogió como lo que era, una estrella. Aquí disfrutó de nuevo de un deporte que le había encumbrado.