El pasado mes de enero un informe realizado por la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) constaba que las universidades españolas no terminaban por seducir a los extranjeros. Una apreciación sustentada en el dato de matriculados, que suponían un 2,8 por ciento de media, muy alejado de países como Reino Unido (17%), Suiza (16,5%) o Francia (11,8%) que atraían muchos más estudiantes de otros países.
La Universidad de Valladolid escapa un poco de esta tendencia. Es verdad que no ofrece números como para sacar pecho, pero casi duplica los nacionales. Así, en el presente curso hay 900 alumnos extranjeros matriculados, lo que supone un 4,3 por ciento del total. Esta cifra es sensiblemente inferior a los que presenta la Universidad de Salamanca, que sobrepasa el 10 por ciento, pero hace indicar que el trabajo que se está haciendo en la institución vallisoletana es más eficiente que en la media del resto de universidades españolas. «Estamos relativamente bien, aunque todo es mejorable. Evidentemente, no nos satisface al cien por cien porque nos gustaría tener más estudiantes pero creo que estamos en la buena dirección», reconocía José Ramón González, vicerrector de Relaciones Internacionales de la UVa. «Se trata de una labor de muchos años, no algo reciente. La Universidad de Valladolid fue una de las primeras instituciones que impulsó programas internacionales, al margen del Erasmus, buscando conexiones con varias universidades de Europa, firmando convenios con instituciones sudamericanas.. y de ahí que estemos recogiendo la cosecha de muchos años de esfuerzo del Servicio de Relaciones Internacionales», continuó González García.
El vicerrector de Relaciones Internacionales analiza tres de los factores desencadenantes de estas pobres cifras a nivel nacional y, por ende, que también afectan a la UVa. La primera de ellas es la falta de programas docentes en inglés. «Nuestra docencia en inglés muy limitada todavía, de ahí que el 30 por ciento de los que estudian en la UVa son latinoamericanos o extranjeros que ya viven en España y hablan el castellano», reconoce para aclarar que desde la institución vallisoletana se ‘combate’ estas carencias con programas como «el que se está pilotando en la Escuela de Ingeniería y que consiste en dar en inglés todo un semestre o otro que se pondrá en marcha el próximo año en Soria para ser más atractivos a los estudiantes de otros países».
Otra de las trabas es la excesiva burocracia a la que se enfrenta un estudiante extranjero a la hora de matricularse en España. «El Ministerio ya está trabajando en ello y hay un compromiso del Gobierno para simplificarlos. A veces es complicado porque hay que coordinar por una parte a Educación y por otra al Ministerio del Interior, pero creo que se están encauzando bien las actuaciones en este sentido».
Otro factor que lastra la presencia de estudiantes extranjeros en España y, como no, en la UVa, es la escasa representación de las instituciones españolas en los rankings de universidades. «Hay países como Colombia o Méjico donde las becas que dan a sus estudiantes de Máster o Doctorado están vinculadas a que cursen sus estudios en universidades que aparezcan en el ranking de Shangai y lo que se está intentado es hacer ver a nuestros a nuestros posibles socios que tenemos otros puntos fuertes y es lo que tenemos que potenciar», concluyó.