Pequeños obesos

Agencias
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La OMS alerta de que al menos 41 millones de menores de cinco años presentan sobrepeso en todo el mundo, un problema que se agrava especialmente en los países en desarrollo

 
En 2014, la Organización Mundial de la Salud (OMS) puso en marcha la Comisión para el Fin de la Obesidad Infantil, un ente nacido con la misión de estudiar esta causa y elaborar recomendaciones transversales y multidisciplinarias claves en la lucha contra la creciente lacra del sobrepeso en los niños. Dos años después, las primeras conclusiones del organismo resultan alarmantes: al menos 41 millones de menores de cinco años son obesos, una realidad que se agrava especialmente en los países en vías de desarrollo.
Estas aseveraciones no son fruto de un estudio estadístico, sino que constituyen un material pedagógico incluido en un informe que busca incitar a los Estados miembro de la OMS a actuar e implementar políticas públicas para atajar el problema. Y es que los expertos que lo elaboran toman como referencia datos incompletos, que no incluyen cifras de todas las naciones de Europa y Latinoamérica.
Aunque las conclusiones finales del trabajo aún se están compilando y se desvelarán más adelante, las evidencias que aglutina muestran que la prevalencia del sobrepeso en los pequeños aumentó entre 1990 y 2014 del 4,8 al 6,1 por ciento. En números absolutos, esto implica un incremento desde los 31 millones a los 41.
Asimismo, la cifra de niños con obesidad en los países con ingresos bajos y medios se multiplicó en ese período por más de dos, pasando de los 7,5 millones hace 25 años a los 15,5 de hace dos.
«El sobrepeso es una pesadilla en potencia en el mundo en desarrollo», explicó recientemente Peter Gluckman, copresidente de la comisión. Y es que, según los datos con los que cuenta la OMS, en 2014, el 48 por ciento de todos los niños obesos vivían en Asia, y el 25 en África, donde el número de menores de cinco años también se ha doblado desde 1990: de 5,4 a 10,3 millones.
«La región donde el problema es más alarmante, por lo rápido que crece, es Asia», alertó Gluckman, que detalló que se ha detectado que los pequeños tienen un metabolismo específico que les hace retener las grasas en la parte abdominal del cuerpo y en el interior, rodeando a los órganos, exactamente donde es más perniciosa para la salud. «Se está estudiando el porqué, pero es un hecho muy peligroso porque esa grasa se instala mucho antes que la externa y que el niño dé señales de sobrepeso y obesidad en el exterior», añadió.
Con respecto a Latinoamérica, la entidad estima que la prevalencia de sobrepeso se sitúa en un 8 por ciento de los menores de cinco años. En este sentido, los investigadores puntualizan que los dirigentes de la zona son muy conscientes del problema y están respondiendo seriamente, señalando que, incluso, muchos países están dirigiendo ya sus políticas en la senda correcta.
«Hay que tener en cuenta que la obesidad impacta en la calidad de vida del pequeño, afecta su estado físico, psicológico, su capacidad de estudio, de relacionarse, y le pondrá muchas barreras en la vida, por lo que hay que lidiar urgentemente con el asunto», afirmó, a su vez, Sania Sishtar, copresidente de la comisión de la OMS.
Además, Sishtar alertó que el sobrepeso infantil es un factor esencial en la posibilidad de desarrollar obesidad en la edad adulta y, en consecuencia, enfermedades no transmisibles graves, como las cardiovasculares.
 
COMIDA INSANA. El informe recuerda, asimismo, que el exceso de peso en el mundo crece, en general, a causa de la urbanización, que ocasiona la falta de espacios para correr y alimenta la vida sedentaria; pero también, y mucho, por la mercadotecnia de alimentos y bebidas con ingredientes poco sanos.
«La industria es parte del problema y debería serlo también de la solución. Esa es una labor que corresponde a los Gobiernos: implementar y obligar a las empresas a poner en práctica la legislación vigente», agregó Sishtar.
Ante esta situación, los autores del trabajo esperan que el Consejo Ejecutivo de la OMS, reunido hace solo unos días en Ginebra en su 138 edición, lo tenga en cuenta y sugiera a la Asamblea Mundial de la Salud que adopte una resolución que inste a los países a aplicar medidas para luchar contra el sobrepeso. Entre ellas, el texto recomienda que se eduque a niños, padres, docentes y dirigentes sobre la importancia del consumo de la comida sana y de reducir la ingesta de azúcares y grasas.