Charo Chávez: «Queremos una ciudad que sea más igualitaria en el desarrollo»

M. Rodríguez
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Entrevista a la candidata de Sí se Puede a la Alcaldía de Valladolid

Esta empresaria de hostelería, aficionada a la montaña, confiensa que nunca se hubiera imaginado que se presentaría como candidata a la Alcaldía de Valladolid. Charo Chávez asegura que las circunstancias la han obligado, como a muchos ciudadanos, a dar un paso al frente y encabezar la lista de Sí se Puede, un partido en la órbita de Podemos, que desestimó usar su marca en las municipales.

¿Han detectado que no presentarse bajo la marca Podemos les limita sus posibilidades?

Puede que haya mucha gente que todavía no lo tenga claro, pero la mayoría nos reconocen. Somos ciudadanos que viendo que nuestras demandas y expectativas de futuro no se cumplían, y que nos sentíamos desamparados realmente, pues hemos dado el paso de salir adelante. La gente nos identifica como ciudadanía. En los últimos años la política ha adolecido de políticos que tengan otra imagen diferente y eso se nota. Estamos contentos porque la gente sí que nos identifica, en una parte, con Podemos.

¿En los debates han notado su posible desconocimiento de la gestión municipal? ¿Es un handicap para enfrentarse a sus rivales?

Somos conscientes, porque no somos arrogantes, de que no tenemos experiencia institucional. Somos ciudadanos que sufrimos la falta de trabajo y de buena gestión.  Ante la inexperiencia, en las instituciones hay personas altamente cualificadas que son las que saben cómo hacer las cosas. La diferencia entre hacerlas bien y mal ha estado muchas veces en las decisiones políticas basadas en el interés propio y no en el del ciudadano. Y muchas veces, incluso, desoyendo a los funcionarios. Cuando entremos en la institución vamos a reconocerlos y, de hecho, los que han hecho la buena gestión, si es que la ha habido, son ellos. Por otra parte, hay muchos grandes gestores que no han estado en las instituciones, y mucho menos lucrándose. Hay muchas amas de casa que atienden a toda su familia, eso se llama también buena gestión.

En su programa electoral, además de un rescate ciudadano y una auditoria interna, ¿qué soluciones concretas plantean?

El plan de rescate no solamente tiene que ver con dinero. La forma de resolver los problemas es la participación, pero de verdad, no preguntando qué se opina sobre algo sino que entre todos se pueda ver cuál es la solución. Nadie ha rescatado a un pequeño empresario, a un taxista o una familia. Y merecen ese rescate, donde hay una parte que tiene que ver con cuestiones económicas, pero hay otra que tiene que ver con la intermediación. Es decir, espacios donde todos los agentes implicados en un problema pueden juntos afrontar esa solución. Por otro lado, la auditoria es necesaria para hacer análisis certeros y tener la capacidad de no hacer grandes promesas que luego no se puedan cumplir. Queremos atender las emergencias, pero también creemos en un proyecto de futuro.  Hay que saber el estado real de las cuentas porque no hay transparencia y cuál es el estado de los contratos porque no se puede hablar de determinadas cuestiones sin saber si se puede cambiar un contrato.

¿Cuál es su modelo de ciudad?

No puede ser que Valladolid se siga desarrollando de esta manera expansiva porque está claro que es un modelo que ha fracasado. Hay muchas zonas que han sido abandonadas, donde no se ha terminado de construir. Habrá que colmatarlas, reforzar las que se han deteriorado por la crisis y generar una idea de ciudad policéntrica, donde cada barrio puede tener su propio desarrollo. Es decir, que funcione como condensadores sociales, culturales y económicos. Queremos una ciudad que sea más igualitaria en su desarrollo.

¿Ese proyecto común y general sirve para hacer frente a las demandas concretas de los vecinos?

Las demandas concretas de los ciudadanos hay que escucharlas, lo que pasa es que no podemos hacer promesas cuando no tienes toda la información. Podemos hablar de soterramiento, que es una necesidad, pero no hay dinero para llevar a cabo ese proyecto.

¿Cuál puede ser la solución?

Entendemos que es escuchar a los ciudadanos pero también propiciar espacios donde se trabaje de manera intersectorial. Todos juntos podemos encontrar una solución y  salir de esta crisis. La ciudadanía ha reaccionado, está en movimiento y ha generado cosas como Podemos, y creo que esa es la gran fuerza: el convencimiento absoluto de que esto hay que revertirlo.

Esa movilización tiene nuevas opciones políticas en la izquierda ¿Qué les diferencia de VTLP?

VTLP es una coalición de partidos donde está Izca, Equo e IU, además de contar con otros colectivos vecinales. Aplaudimos la iniciativa pero es una coalición de partidos que ya estaban funcionado. Sí se Puede acabamos de llegar, somos ciudadanos que nunca hemos tenido ninguna vinculación política, pero que teníamos claro que había que dar un paso. Al final debería dar igual dónde te localizes pero hay que generar una sinergia para que el final sea uno: el bien común.

¿Ese final podría ser un pacto PSOE, VTLP y Sí se Puede?

Tenemos la mano tendida al trabajo, pero tenemos la sensación de que los que transformaron el artículo 135 de manera unilateral y que tanto sufrimiento nos han ocasionado, es difícil que en breve puedan dar un cambio real. En cualquier caso, no tomaremos una decisión de despachos ni por nuestra cuenta. Tenemos la obligación de consultar a las personas que nos han dado su confianza.

¿Ve posible el cambio?

Creo que sí porque hay ganas. Y el cambio ya se ha producido. Ahora todos hablamos de regeneración, de transparencia o de revocación, pero hace cuatro años nadie. Y lo escuchamos porque ha aparecido Podemos y la ciudadanía ha dicho basta ya.

Aunque la llave del cambio la puede tener otro partido emergente como Ciudadanos. ¿Qué les diferencia de ellos?

Todo. Ciudadanos que son Ciutadans nace de una iniciativa catalana, pero también liberal. Me asombro cuando dicen que sus ejes son participación y transparencia. Eso hay que demostrarlo, y tienen una trayectoria en la que no han tenido mucho de eso. Nosotros hemos tenido primarias y apostamos por la participación en la elaboración del programa. Además, están intentando copiarnos en el discurso porque han visto un rédito electoral. Nosotros somos ciudadanía de verdad, que ha decidido dar el paso. En la vida me imaginé que iba a estar aquí, presentándome para alcaldesa, pero al final uno asume la responsabilidad por un proyecto ilusionante.

¿Y qué dice a los que les llaman populistas?

¿Es populista hablar de un 53% de paro en la región? ¿Es populista hablar de 520.00 personas, según Intermón, en riesgo de pobreza? ¿Es populista hablar de la pobreza vergonzante que sufre esta ciudad, según me contaba el otro día el presidente de Cáritas, donde no hay cifras porque no hay voluntad política de hacer estudios? Si eso es populismo, viva el populismo.

¿Qué valoración le merece el alcalde y su gestión?

Digo basta ya del señor León de la Riva. 24 años son suficientes. Ha perdido el pulso de la calle y es hora de que se vaya a su casa. Él al principio dijo que no era un político profesional y que no iba a estar más de dos mandatos. Cuando uno lleva demasiado tiempo en la política acaba por quedarse encerrado en su burbuja. Ha sido una persona que ha mostrado un talante bastante autoritario y poco respetuoso con la ciudadanía.

¿Se está centrando demasiado la precampaña en su figura?

Piensa que no tiene una oposición a la altura de su figura y no tiene voluntad de escuchar a nadie. Si la tuviera habría ido a los debates y podríamos haber compartido diferentes posiciones. Cómo se puede construir una ciudad desde la diversidad sino existe la posibilidad de escuchar qué es lo que los demás quieren. Sino estas dispuesto a escuchar a nadie no puedo creer en ese proyecto nunca.

¿Qué le parece que se desconozca quién sería el candidato del PP si el alcalde es inhabilitado?

Me parece deshonesto porque la ciudadanía tiene derecho a saber a quién votan y quién va a ser su alcalde.

¿Apoyarán un candidato o proyectos concretos?

Hay que coincidir en el programa. Esa es nuestra línea roja. Y tenemos desconfianza de los que nos han dado la espalda una vez.