De quioscos vacíos a floristerías, bibliotecas y tiendas

Ical
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Los grupos de trabajo de la Ciudad Imaginada apuestan por recuperar el patrimonio ferroviario, la mejora de la educación en Pajarillos, la biodiversidad y la contaminación acústica

De quioscos vacíos a floristerías, bibliotecas y tiendas

La segunda edición de La Ciudad Imaginada en Valladolid concluyó hoy con la presentación de cinco proyectos colaborativos que apuestan por la participación ciudadana para mejorar la calidad de vida de la capital. Entre ellos,convertir los quioscos vacíos en floristerías, bibliotecas, espacios para exposiciones, puntos de distribución local o tiendas de segunda mano que potencien la economía circular.

El primero de los proyectos, iniciativa de la Asociación de Vecinos de Caño Argales, consiste en la recuperación de 18 quioscos vacíos de la ciudad de Valladolid para que sean espacios dinamizadores del entorno en que se ubican a partir de actividades culturales, lúdicas, formativas e informativas, para fomentar, así, la participación ciudadana. Proponen idear un modelo de uso y gestión con dos vertientes: actividades comunes a todos los quioscos, generando una red, y otras desarrolladas por concesionarios, los quiosqueros, como pymes, autónomos, asociaciones, cooperativas y fundaciones. 

Floristerías, bibliotecas, espectáculos de microteatro, exposiciones, puntos de distribución local o tiendas de segunda mano que potencien la economía circular tendrían cabida en estos quioscos, que serían sostenibles económica y energéticamente a través de la instalación de placas solares o molinos eólicos. Existiría una oficina de asesoramiento para ofrecer información y formación para la gestión de los quioscos.

‘Pon alas a tu sonrisa’ es otra de las iniciativas en que se ha trabajado en el Laboratorio Ciudadano de La Ciudad Imaginada 2018, reunido este fin de semana y el pasado en el Laboratorio de las Artes de Valladolid, LAVA. Las especies más pequeñas de pájaros están desapareciendo del espacio urbano de Valladolid, y este proyecto tiene como objetivo recuperar la biodiversidad de la zona a partir de la instalación de comederos y bebederos. Además, estos comederos y bebederos tendrán una vertiente comunicativa, pues pueden emplearse para la transmisión de ideas o propuestas creativas.

La plataforma Pajarillos Educa reúne a las 11 comunidades educativas del barrio vallisoletano con el objetivo de fomentar el éxito socio-educativo y la participación vecinal para lograr, así, mejorar la convivencia y las condiciones de vida en la zona. Todo ello reforzando también el sentimiento de identidad y pertenencia al barrio, en el que hay presentes 40 nacionalidades diferentes. Así, proponen actividades intergeneracionales y de intercambio en torno al arte urbano, la economía circular, la recuperación ambiental, la educación para la sostenibilidad o la puesta en marcha en los colegios de patios sostenibles, entre otros ámbitos. Asimismo, apuestan por la recuperación de un espacio en desuso, el antiguo aulario del colegio Cristóbal Colón, para el desarrollo de laboratorios creativos que permitan continuar en horario no lectivo el trabajo que se desarrolla en las aulas.

La conservación del patrimonio industrial centra el Proyecto Ferroviario Histórico DTCG (Depósito Taller Campo Grande), que pretende recuperar su actividad original de mantenimiento y recuperación de material ferroviario, así como garantizar una adecuada ubicación del material ferroviario histórico de Valladolid y el resto Castilla y León y que la ciudadanía tenga acceso a ello. La Asociación Vallisoletana de Amigos del Ferrocarril (Asvafer) aspira a implicar a los vecinos de la capital del Pisuerga, así como a la administración, en la puesta en valor del patrimonio cultural y turístico de gran potencial que han dejado en la ciudad más de 150 años de historia.

El último de los proyectos surgió de Melissa, alumna de ESO del colegio Sagrado Corazón – La Anunciata, con ‘Semáforo del ruido’ que ayude a concienciar sobre la problemática de contaminación acústica que existe en ciudades como Valladolid. El prototipo que han presentado está hecho con materiales reciclados y el microprocesador arduinio. El equipo de trabajo ha señalado algunos de los problemas de salud derivados del exceso de ruido (como estrés, insomnio, hiperactividad, ansiedad o pérdida de capacidad auditiva) y también ha remarcado la necesidad de que exista un conocimiento previo, por ejemplo, entre colectivos como ingenieros o arquitectos, para que tomen en cuenta esta cuestión al diseñar y ejecutar sus proyectos.