Como si fuera un soufflé, el independentismo sigue desinflándose en Cataluña cuando faltan menos de tres meses para las elecciones regionales del próximo 27 de septiembre, que aún no han sido convocadas oficialmente. Según una encuesta publicada ayer por el Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat, un 50 por ciento de los ciudadanos de esta comunidad votaría no en un eventual referéndum de secesión frente a un 42,9 que votaría que sí. Esta opción baja un 1,2 por ciento respecto al sondeo de marzo, cuando ya había caído medio punto. En ese estudio había un empate técnico con una ligerísima victoria de los detractores de la secesión. Yes que parece que la ciudadanía comienza a preocuparse más por los problemas del día a día, los de carácter económico principalmente, que por la deriva soberanista.
Más allá de la pregunta clave del sondeo, hay otras que denotan que el separatismo sigue cuesta abajo tras alcanzar cotas máximas hace un año. Los partidarios de subir el autogobierno siguen siendo muy mayoritarios (63 por ciento), pero pierden un punto frente a los cuatro que ganan quienes consideran que Cataluña ya goza de suficiente autonomía (28). Se aprecia una subida de quienes se sienten tan catalanes como españoles.
Sobre la intención de voto, el organismo del Govern no reveló los datos, ya que los sondeos se realizaron antes del divorcio entre Convergencia y Unió, así como de la coalición de izquierdas que se ha fraguado, con Podemos como director de orquesta. Así lo indicó el director del CEO, Jordi Argelaguet, que aseguró que las 2.000 encuestas se realizaron entre el 1 y el 24 de junio. Sí hay estimación directa de voto. En este caso, CiU y ERC empatarían con un 13,3 por ciento. Esquerra, que en el anterior sondeo ganaba claramente, pierde cuatro puntos. Podemos quedaría en tercera posición (10,8). La CUP también sube y alcanza el 7,6, mientras que el PSC se queda con el 9,2 subiendo tres puntos. Ciutadans sería quinta fuerza con el 6,6 por ciento. Iniciativa -que irá de la mano con la formación morada- sería sexta con el 3,5. El PP estaría en última posición (2,4).
Poco antes de que se conocieran estos datos, el líder de la formación que hace ineficaces los sondeos, UDC, José Antonio Durán i Lleida, erigió su formación como la alternativa al «populismo de la independencia exprés» que algunos proclaman, en alusión implícita a CDC, ERC y CUP, y también en el ámbito económico y social. A su juicio, «trivializan la idea de la secesión de Cataluña hasta que la convierte en una especie de camino de rosas».
silencio elocuente. Desde la Generalitat hubo un hermetismo absoluto, incluso para valorar que la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña citara ayer a dos inspectores y a una delegada territorial de Barcelona y Comarcas de la Consejería de Enseñanza para que declaren como testigos por la causa contra el president, Artur Mas; la exvicepresidenta, Joana Ortega, y la consellera de Enseñanza, Irene Rigau, por la consulta alternativa del 9-N sobre la independencia.
Solo opinaron sobre la encuesta los principales actores del frente constitucionalista:el PP y C’s.
Así, la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, celebró los resultados del sondeo, ya que demuestra que los catalanes «valoran cada vez más» la «unidad y la solvencia de un Estado como es España». Así, volvió a apelar a la estabilidad.
Por su parte, el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, recalcó el estancamiento de CDC y ERC, así como la fragmentación aún mayor del Parlament, al tiempo que advirtió de que existe un importante porcentaje de voto oculto. «Saldremos a ganar», sentenció.