El primer ministro griego, Alexis Tsipras, puso ayer toda la carne en el asador para defender sus convicciones, dejando frases para la posteridad, lanzadas tanto en una intervención televisiva como en una marcha a favor del no en el referéndum de mañana, tan poderosas como «el país tiene el futuro en sus propias manos», «no podemos seguir bajo la presión de una extorsión» y «os llamo a escribir la Historia en el lugar en el que nació la democracia».
Con esta contundencia, llamó a los ciudadanos a rechazar «la campaña del miedo, los chantajes y los ultimátums» de la UE, al tiempo que subrayó que la consulta no determinará el futuro del país en la zona euro. Además, el líder de Syriza hizo hincapié en que, independientemente del resultado que arrojen las urnas, «nada dividirá» al pueblo griego este lunes, cuando ya se hayan conocido los resultados de la votación.
Por otro lado, Tsipras recordó las afirmaciones recogidas en el último informe del Fondo Monetario Internacional (FMI), que respaldaban la teoría de que la deuda nacional es insostenible, lo que justificaría la decisión del Ejecutivo de rechazar el paquete de ayuda ofrecida por los acreedores internacionales.
«Ayer se produjo un acontecimiento de mucha importancia política», apuntó. «El FMI publicó un estudio sobre la economía de Grecia que representa una gran justificación para la actitud del Gobierno actual, porque confirma lo obvio, que la deuda del país no es sostenible», explicó.
De esta forma, el primer ministro animó a los ciudadanos a votar no en la consulta por considerar que supone negarse a una solución que no es viable y que no conlleva rechazar a Europa. Y es que, en su opinión, el no supone pedir un acuerdo realista a la crisis de deuda griega. «O ceden a los ultimátums o eligen la democracia», manifestó.
Mientras tanto, el Consejo de Estado, el órgano administrativo superior del país, desestimó las demandas presentadas contra la convocatoria del referéndum, tal y como informaron varios reporteros desde la sala de audiencia del propio tribunal. Dos ciudadanos -un ingeniero y un jurista- habían presentado la semana pasada sendos recursos contra la celebración de la consulta, recurriendo a su posible ilegalidad.
EL EUROGRUPO SE ENTRONCA. Por su parte, los socios comunitarios del Ejecutivo heleno manifestaron por segundo día consecutivo su malestar ante la cadena de acontecimientos registrados en las últimas horas en el país. En este sentido, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, aseveró que la posición en las negociaciones de Tsipras y los miembros de su gabinete «se debilitaría dramáticamente» si la mayoría de ciudadanos helenos vota no en el referéndum.
«Si los griegos votan no, habrán hecho todo menos reforzar la posición de su nación en la negociación», insistió en un acto celebrado en Luxemburgo. «Aun cuando ganara el sí, (Grecia) afrontaría dificultades en las conversaciones», agregó el político conservador, que señaló también que, por ahora, no habrá encuentros con Atenas.
A todo ello hay que sumar, asimismo, que en el decisivo referéndum se perfila un resultado muy ajustado, como apuntan los sondeos. Y es que la consulta está siendo considerada ampliamente como un plebiscito sobre si los griegos están a favor del euro o en contra. Un 74 por ciento de los encuestados señaló que les gustaría que el país permaneciese en la moneda única, mientras que un 15 por ciento aboga por regresar a una divisa nacional y un 11 por ciento sigue indeciso.